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Los antidisturbios tuvieron que intervenir la noche del pasado viernes en el barrio madrileño de Lavapiés para terminar una multitudinaria pelea que se desató tras la final de fútbol de la Copa de África, que enfrentó a las selecciones de Argelia y Senegal.
Las decenas de aficionados se enzarzaron en una pelea con mucha violencia que llevó a desalojar la plaza de Lavapiés, y establecer un cordón para separar ambos bandos.
La violencia que se desencadeno durante la noche del pasado viernes, sembró el pánico entre los vecinos y transeúntes, que se vieron obligados a buscar refugio en los bares y comercios cercanos.
Pese a que el partido se jugaba a miles de kilómetros del centro de Madrid, en El Cairo, la amplia presencia de argelinos y senegaleses en la zona despertó una expectación inusitada
A la hora que se comenzó la ola de violencia, alrededor de las once de la noche, la gran mayoría entró a la carrera en el Carrefour 24 horas, lo que obligó a sus responsables a cerrar para evitar que sucedieran males mayores.
Dos jóvenes que viven en el barrio de Lavapiés, manifestaron que durante el partido hubo buen ambiente, pero que, de repente, la gente comenzó a tirarse botellas y piedras.
A pesar de haber cortado el tráfico en las calles vecinas de la plaza de Lavapiés, no pudieron dar por controlada la situación hasta pasada la medianoche. Fuentes del Samur declararon que a pesar de la violencia de la trifulca, solamente un hombre tuvo que ser trasladado al hospital por una herida superficial por arma blanca, cerca del abdomen.
Más violencia durante la mañana del sábado
Pero la cosa no quedó ahí. Al día siguiente, los vecinos de la plaza de Nelson Mandela, vieron la mañana del sábado teñida de violencia. Pero esta vez, la reyerta fue concluida por los agentes rápidamente.
La violencia en este caso, fue por parte de dos grupos de personas, que comenzaron a lanzarse adoquines y botellas en la esquina hace de unión entre las calles de los Cabestreros y Mesón de Paredes.
Los implicados en esta pelea, huyeron tras ser alertados por la presencia de las fuerzas del orden. Y un hombre de origen africano, tuvo que ser atendido por el Samur por una herida abierta en la pierna.
Lavapiés, un barrio inseguro y lleno de violencia
Pero estos altercados de violencia no son los únicos que se dan en este barrio madrileño. Sino que desde hace tiempo, Lavapiés vive en un constante clima de inseguridad. Begoña Sebastián, portavoz de la Plataforma del Barrio manifestó que todos los vecinos necesitan que la Policía Municipal vuelva al barrio, con ánimo de servicio público.
Durante la semana pasada, se tuvo una reunión con Inmaculada Sanz, la nueva delegada de seguridad del Ayuntamiento, para ponerle al tanto de la situación.
Los vecinos le han reclamado colaboración activa, al igual que vienen haciendo con la Policía Nacional, con encuentros mensuales que mantienen para poner de relieve los problemas más notorios.
Según la plataforma, los vecinos manifestaron que la concejal popular, escuchó sus necesidades y pidió total implicación a los residentes para empezar a revertir la situación de violencia.
La Plataforma del Barrio de Lavapiés volverá a ofrecer agua mediante los comercios que se han sumado a la iniciativa, a los agentes encargados de velar por la seguridad durante las fiestas del barrio, que tendrán lugar en agosto.
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