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Nuevas investigaciones respaldan la idea: la actividad física influye en nuestra tolerancia al dolor. Un estudio reciente realizado por un equipo de nueve investigadores de instituciones noruegas, publicado en la revista 'PLOS ONE', revela que las personas físicamente activas muestran una mayor resistencia al dolor en comparación con aquellos que llevan una vida sedentaria.
Sin embargo, la mayoría de estos estudios se han basado en muestras pequeñas o grupos reducidos de personas, lo que hace que esta nueva investigación sea un paso importante hacia una mejor comprensión de este tema.
Un estudio asegura que la actividad física nos ayuda a tener una mayor tolerancia al dolor
Las conclusiones de este estudio respaldan la noción de que las personas físicamente activas tienen una mayor tolerancia al dolor en comparación con aquellas que llevan una vida sedentaria. Los investigadores examinaron datos de más de 10,000 adultos noruegos que participaron en un estudio de población a gran escala.
Estas investigaciones anteriores han indicado que mantener un nivel más alto de actividad física podría ser beneficioso para aliviar o prevenir el dolor crónico al aumentar la tolerancia al dolor.
Es importante destacar que la mayoría de los estudios anteriores sobre esta temática han sido limitados en cuanto a tamaño de muestra y enfoque en grupos específicos de personas.
Sin embargo, este estudio en particular, llevado a cabo por nueve investigadores de instituciones noruegas y publicado en la revista 'PLOS ONE', ofrece una perspectiva más amplia y sólida sobre la relación entre la actividad física y la tolerancia al dolor.
Estos hallazgos sugieren que mantener un nivel más alto de deporte puede tener beneficios significativos en términos de mejorar la capacidad de las personas para manejar el dolor.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que cada individuo es diferente y que los resultados pueden variar. Se requieren más investigaciones para comprender completamente los mecanismos subyacentes y cómo se pueden aplicar estos hallazgos en la práctica clínica y el bienestar general de las personas.
En el estudio realizado por los nueve investigadores de instituciones noruegas y publicado en la revista 'PLOS ONE', se utilizaron datos de dos rondas de un estudio de población llevado a cabo en Noruega.
¿De qué trata el estudio?
Estas rondas abarcaron los períodos de 2007 a 2008 y de 2015 a 2016. Los datos recopilados incluyeron información sobre los niveles de actividad física informados por los participantes, así como sus niveles de tolerancia al dolor, que se evaluaron mediante una prueba que implicaba sumergir la mano en agua fría.
El análisis estadístico de los datos reveló que aquellos participantes que informaron ser físicamente activos en cualquiera de las dos rondas del estudio mostraron una mayor tolerancia al dolor en comparación con aquellos que informaron llevar un estilo de vida sedentario en ambas fases analizadas.
Además, se observó que los participantes con niveles más altos de actividad en general mostraron una tolerancia al dolor más elevada. También se encontró que aquellos participantes que mantuvieron una mayor actividad física en los años 2015 y 2016 en comparación con 2007 y 2008 presentaron un nivel general de tolerancia al dolor más alto.
Basándose en estos hallazgos, los investigadores sugieren que fomentar el deporte podría ser una estrategia potencial para aliviar o prevenir el dolor crónico. En conclusión, los autores destacan la importancia de mantenerse físicamente activo con el tiempo y enfatizan que cualquier tipo de actividad física es beneficioso.
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