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La ‘basuraleza’ o la acumulación de residuos abandonados en el campo se extiende por la mayoría de los espacios naturales españoles.
Así lo refleja el primer estudio de este tipo realizado en España, liderado por el Proyecto Libera (iniciativa de SEO/BirdLife en alianza con Ecoembes).
El estudio analiza la contaminación difusa en 140 Áreas Importantes para la Conservación de las Aves y la Biodiversidad (IBA, por sus siglas en inglés), del total de 469 que hay en España.
La basuraleza, un problema a escala nacional
El trabajo sobre basuraleza y contaminación difusa fue llevado a cabo durante los dos últimos años por técnicos de SEO/BirdLife en colaboración con el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Idaea-CSIC), y el Instituto de Investigación de Recursos Cinegéticos (IREC-CSIC).
La contaminación difusa no es lo mismo que basuraleza, pues está asociada a la actividad humana y se produce cuando se acumulan fuentes contaminantes de forma puntual debido al abandono y la gestión inadecuada de residuos de todo tipo.
A diferencia de las situadas en puntos concretos, como la chimenea de una central térmica de carbón o una tubería industrial que vierte aguas sin depurar al medio ambiente.
La directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz, apuntó que es “la primera vez que se estudia la contaminación difusa a escala nacional en espacios naturales de España. Su efecto de la contaminación difusa pervive en el tiempo y, en algunos casos, durante cientos de años”.
El consejero delegado de Ecoembes, Óscar Martín, indicó que los datos del estudio indican que “hay que pasar de la preocupación a la ocupación. Nuestro siguiente gran reto va a ser activar a los agentes públicos y privados. Tenemos que ser todos parte de la solución. Hay que actuar contra la ‘basuraleza’ de forma inmediata”.
Un estudio que ha contado con la cooperación y colaboración de diferentes entidades medioambientales
El estudio, explicado por María Dulsat, investigadora del Idaea-CSIC, y Octavio Infante, responsable del Programa de Conservación de Espacios de SEO/BirdLife, se basa en el análisis de 119 contaminantes orgánicos en 411 muestras de agua, 140 de suelo, 140 de sedimentos y 65 heces de zorro recogidas en 140 IBA repartidas por toda España.
Un total de 94 de las IBA analizadas han sido declaradas Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), dentro de la Red Natura 2000; tres están ubicadas en parques nacionales (Islas Atlánticas, Cabañeros y Picos de Europa), y 29 en parques naturales, entre ellos el Delta del Ebro, La Albufera de Valencia, Doñana y Mar Menor.
La conclusión principal de los contaminantes orgánicos analizados por su alto nivel de toxicidad y su potencial efecto negativo sobre hábitats y especies es que la contaminación difusa podría estar afectando al conjunto del patrimonio natural español.
En cuanto a la 'basuraleza' visible, se encontraron:
- Piezas de plástico
- Colillas
- Toallitas húmedas
- Materiales de construcción
Como vemos, la basuraleza es un problema que va mucho más de lo estético, pues los ecosistemas acaban destruidos, sus especies puestas en peligro de extinción, y finalmente, las consecuencias nos repercuten a nosotros.
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