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La continuidad de muchas cadenas de suministro se están viendo tambaleadas por la crisis del COVID-19. En este momento crucial en el que se está dando un movimiento global hacia la sostenibilidad y el medio ambiente.
Muchas empresas han enfocado su estrategia corporativa al compromiso de un desarrollo sostenible y comprometido con el cuidado del planeta.
Y cierto es que muchos hemos pensado que por la crisis que estamos atravesando, estos compromisos se han quedado congelados.
Pero lo que ha hecho es acelerar el cambio, pues las medidas de confinamiento y la ralentización económica han reducido las emisiones de los gases de efecto invernadero, dejando ver que lo importante es acoger unas prácticas sólidas de adquisición sostenible que permitan asegurar y proteger el valor a largo plazo de las cadenas de suministro.
Para mantener las cadenas de suministro, la lucha contra el cambio climático es crucial
"La lucha contra el cambio climático debe ser el núcleo de la estrategia económica que ponga en marcha la Unión Europea para salir de la crisis ligada a la pandemia de la COVID-19. Y las inversiones masivas que se requerirán tendrán que alinearse con los principios ecológicos".
La Alianza Europea para una Recuperación Verde plasmaba estas palabras en su manifiesto difundido el 14 de abril de 2020. Pascal Canfin, diputado del Parlamento Europeo del grupo de los liberales, con Renovar Europa, ha promovido este alegato.
La Alianza Europea para una Recuperación Verde, incluye a 79 eurodiputados de 17 países de la UE, 37 directores generales de multinacionales y grandes empresas, 28 asociaciones empresariales, confederaciones y federaciones sindicales y siete ONGs, además de varios grupos de expertos.
Dentro de esta firma también participan los máximos directivos de grandes compañías como L’Oreal, Volvo, Danone, Ikea, Enel o Iberdrola . Además se cuenta con los representantes de ONG medioambientales de WWF, Birdlife o la Red de Acción Climática.
Desde esta Alianza se pide a la Comisión Europea que emplee el Pacto Verde como motor de este nuevo reto planteado para salir de la crisis económica generada por el COVID-19.
La sostenibilidad es posible
La crisis sanitaria global que ha dejado el coronavirus ha otorgado aún más visibilidad e importancia a la sostenibilidad en los procesos de toma de decisiones de inversión.
Los mercados financieros, están eligiendo compañías con perfiles sostenibles, identificándolas como empresas más robustas y estables ante un escenario de elevada incertidumbre política y económica.
Los expertos dicen que basta con mirar los índices mundiales durante las últimas semanas. Pues se ha vivido un repunte en general, sobretodo de los activos de más riesgo, los cuales registraban descensos muy significativos en sus cotizaciones.
Los mercados globales están sufriendo caídas superiores al 30%, incluso del 40% en algunos casos, desde los máximos alcanzados en febrero de este mismo año.
Pero se notifica un comportamiento más estable en aquellas compañías con características sostenibles, es decir, aquellas empresas con un perfil de sostenibilidad potente desde el punto de vista ambiental, social y de gobierno corporativo.
Debemos trabajar para lograr que una empresa funcione en favor del cuidado del planeta y del futuro
Los expertos comunican que para lograr la sostenibilidad hay que integrar en la empresa la norma ISO20400:2017 de Compras Sostenibles en las cadenas de suministro de las compañías.
La Asociación Española de Profesionales de Compras (AERCE) trajo esta norma a España en base a las pautas establecidas por la Federación Mundial de Compras (IFPSM).
Se encarga de guiar a los departamentos de compras de las organizaciones para que consigan avanzar consiguiendo una forma estructurada, planificada y con una serie de acciones para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible pautados en la Agenda 2030.
El caso es que seguir esta medida tiene un efecto multiplicador sobre proveedores, subcontratistas, pues todos acaban aplicando las exigencias a sus propias cadenas de suministros.
Es por ello que nos encontramos ante una palanca potente para conseguir la sostenibilidad, la producción y el consumo responsables.
Que las cadenas de suministro sigan una línea sostenible implica:
- Tomar decisiones de compra que consigan satisfacer las necesidades de una organización de manera que les beneficie, sin olvidar a la sociedad y el medio ambiente.
- Asegurar que los proveedores de una compañía tienen un compromiso, que los productos y servicios comprados sean sostenibles y que dichas decisiones de compra ayuden con asuntos sociales, económicos y ambientales.
Además, los expertos indican que acatar esta medida de sostenibilidad implica numerosos beneficios cómo:
- Gestionar adecuadamente el riesgo proveedor, incorporando riesgos de sostenibilidad y evaluando el desempeño de sostenibilidad de nuestros proveedores (biodiversidad, manejo de energías, emisión de CO2, , condiciones de trabajo, prácticas anticompetitivas o de corrupción) de forma que podemos prever y evitar en la medida de lo posible la interrupción del servicio al cliente, las violaciones a la ley y normativa vigentes, y el daño a la reputación de la empresa, fraude.
- Adelantarnos a la legislación con respecto al Medio Ambiente que en un futuro cercano todas las empresas van a tener que cumplir.
- Desarrollar una alta confianza entre inversores y consumidores y mejorar la relación con los proveedores.
- Ayudamos a la innovación gracias a la búsqueda de alternativas para el desarrollo empresarial de las compañías
La crisis del COVID-19 nos ha dejado ver que acatar algunas soluciones es posible, salgamos reforzados de esta situación
Los expertos señalan que las acciones de ahora, acabarán por definir la confianza, la reputación y el futuro de las empresas y las cadenas de suministro.
Todos sabemos que poner en marcha las acciones para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible durante el comienzo de esta nueva década y con el COVID-19 como telón de fondo, supone un auténtico reto.
Pero trabajando de manera conjunta, intentando adaptar todos los modelos a esta nueva vida, podremos sacar provecho a este "parón" y avanzar para conseguir los objetivos de la Agenda 2030.
Las empresas, sus cadenas de suministro, y el consumidor final tienen que trabajar en conjunto, lograr la sostenibilidad y la solidaridad para dejar un mundo mejor a las futuras generaciones.
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