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La extensión del hielo marino en la Tierra durante el mes pasado fue la más baja de julio desde que el registro histórico por satélite comenzara en 1979, con una media de 21,67 millones de kilómetros cuadrados.
Así lo asegura la agencia estadounidense NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica) en su último resumen climatológico mensual de hielo y nieve en la Tierra, a partir de datos del Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve (NSIDC, por sus siglas en inglés).
Se trata de la cifra más baja de los últimos 45 años y a la que siguen los julios de 2019 (22,89 millones de kilómetros cuadrados) y 2020 (23,01 millones). Por el contrario, el máximo histórico lo mantiene julio de 1979 (26,83 millones), por delante del de 1984 (26,38 millones) y el de 1981 (26,31 millones).
Los niveles de hielo marino en el Ártico y la Antártida
La extensión de esta masa marina del Ártico registra un promedió de 8,18 millones de kilómetros cuadrados, esto es, 0,57 millones menos o un descenso de un 6,5 %. Fue el decimosegundo julio con menos hielo ártico desde 1979.
Por otro lado, la extensión del hielo marino de en la Antártida abarcó de media 13,49 millones de kilómetros cuadrados en julio de este año, lo que representa 2,58 millones menos o un descenso de un 16,1 % en relación a la media entre 1991 y 2020. Se trata de la cobertura más baja del registro histórico en ese mes.
Asimismo, los científicos revelaron hace tiempo que el Ártico podría quedarse sin hielo marino casi una década antes de lo previsto, cosa que deja ver como la crisis climática se desarrolla y evoluciona cada vez con mayor rapidez en todo el mundo, dando lugar a contaminación que continúa recalentando el planeta.
Las previsiones están siendo claras, para el mes de septiembre de la década de 2030 podría desaparecer por completo del ecosistema Ártico. A pesar de que podamos disminuir de manera significativa la contaminación, además de pasar veranos sin hielo marino para la década de 2050.
Destacamos que el derretimiento de hielo marino no tiene impacto en los niveles del mar, pues este se encuentra en el océano, pero es importante, como en el caso de la Antártida, que se encuentra rodeando gigantescas plataformas de hielo.
Se trata de extensiones de glaciares de agua dulce, pero continúan derritiéndose conforme aumentan las temperaturas globales, por lol que representan una amenaza catastrófica para el aumento del nivel del mar durante siglos.
El calentamiento global, propulsado por este deshielo
La pérdida de hielo marino acelera el calentamiento global, y es que cuando se da el derretimiento, como refleja hasta un 90 % de la energía solar del espacio, se acaba remplazando por un mar oscuro y sin congelar.
Así, sin hielo marino, el agua acaba por absorber una gran cantidad de calor solar, lo que contribuye a su vez en el calentamiento, lo que crea un bucle de retroalimentación sin fin.
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