Lectura fácil
Aún estamos muy lejos, pero, ¿cómo serán las ciudades en 2050? Las grandes ciudades de hoy podrían ser en el futuro unas megalópolis con diferencias radicales relacionadas con los cambios que la emergencia climática nos impulsará a implantar.
Energía solar, huertos urbanos y conducción autónoma
Algunos expertos ya vaticinan que en treinta años haremos uso de la conducción autónoma, viviremos en enormes rascacielos que funcionen con energía solar y comeremos de huertos urbanos que tendremos en lo alto de los edificios.
También podría ser una realidad los sistemas de absorción de residuos que mantengan los hogares y las calles limpias, o los sistemas de alumbrado y semáforos sensorizados que solo se enciendan si detectan peatones cerca.
Ciudades inteligentes sostenibles
Aunque parezcan sacados de un relato de ciencia ficción, muchos de estos adelantos tecnológicos ya se pueden ver en varias ciudades del mundo. De hecho, las instituciones y las empresas de muchos países ya están trabajando en el diseño de las ciudades del futuro: ciudades inteligentes sostenibles que mejoren la calidad de vida de los ciudadanos.
Más de la mitad de la población mundial vive en ciudades
Esta cifra podría ascender al 65% de cara al año 2050, lo que supondría una masa de 6.700 millones de personas conviviendo en las urbes del planeta, según la Organización de las Naciones Unidas.
Este dato pone de manifiesto la necesidad de adoptar modelos de crecimiento que conviertan a las ciudades ya existentes en lugares más inteligentes, eficientes y 100% sostenibles. Las ciudades inteligentes no solo son ciudades tecnológicas: son un medio para elevar la calidad de vida de los ciudadanos. Es decir, modelos que utilizan la innovación para dar solución a problemas que ya existen.
Paneles solares y aprovechamiento del viento
Por ejemplo, una ciudad que tiene una elevada temperatura tendría que mirar en pro del uso de paneles solares, por ejemplo, o de una distribución urbanística que aproveche los mapas de viento para hacer la vida más habitable», explica el director de la asociación Smart City Cluster.
Ya existen a día de hoy modelos urbanos que usan innovación y tecnología punta para mejorar la sostenibilidad de su entorno y mejorar la vida de sus habitantes, como la ciudad coreana de Songdo, al sudoeste de Seúl. En esta urbe —habitada ya por más de 120.000 habitantes y con un 40% de sus 600 hectáreas en forma de espacios verdes—, todo se encuentra digitalizado y automatizado.
Ciudades del futuro en el año 2020
Incluso el sistema de reciclaje, en el que los residuos son absorbidos por tubos directamente desde las casas y se trasladan de manera subterránea a las plantas de procesamiento. Además, 25 kilómetros de carrilles bici hacen que la movilidad en esta urbe sea más verde.
La ciudad de Masdar, en Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) es otro ejemplo de autosuficiencia energética. En esta ciudad en construcción –cuya finalización está prevista en 2025–, las viviendas están adaptadas a las temperaturas del desierto y se mantienen refrigeradas durante todo el día gracias a un túnel de viento que canaliza el aire fresco a través de las calles.
El coche terminará desapareciendo
La energía de todo el municipio proviene de paneles solares –abundantes en la zona– que distribuyen energía para consumo personal, de transporte, de refrigeración o de deshumidificación, con una meta futura: dejar de depender del petróleo.
Por otro lado, el sistema de movilidad creado para Masdar está pensado para el coche desaparezca: existen cabinas individuales eléctricas que recorren toda la ciudad en solo siete minutos; esta red de transporte cuenta con 85 estaciones de parada y permanece en funcionamiento las 24 horas del día durante todo el año.
Ciudades del futuro y el big data
Las ciudades inteligentes ya explotan el potencial que ofrece el big data para resolver sus problemas de generación, consumo y distribución de recursos. El objetivo de estas urbes radica en estar conectadas y sensorizadas para ser lugares más habitables y sostenibles.
La ciudad cántabra de Santander sería un buen ejemplo ya que dispone de 12.000 sensores de medición que obtienen datos de CO2, ruido, humedad y nivel de tráfico. La sostenibilidad es uno de los pilares fundamentales de los que mana una ciudad inteligente y uno de sus grandes retos. Las metrópolis del planeta emiten el 70% del dióxido de carbono del mundo y, en un contexto de movilización extrema de las masas para 2050, esto podría duplicarse.
Añadir nuevo comentario