Lectura fácil
Solemos dar mucha importancia a los tratamientos de belleza para el cuidado de la cara, el cabello y el cuerpo.
Y sin embargo, olvidamos que hay pequeños gestos que podemos realizar todos los días,
que también nos ayudan a mejorar nuestro aspecto.
Las conductas que repetimos de forma regular se conocen como hábitos.
Entre los hábitos de conducta más beneficiosos para tener un buen aspecto podemos destacar los siguientes:
Dormir lo suficiente
Durante el sueño nuestro cuerpo se regenera. Es importante:
-Acostarse pronto y dormir por lo menos 7 u 8 horas.
-Desconectarse de todo tipo de pantallas por lo menos una hora antes de irse a la cama.
Caminar todos los días
Andar deprisa durante media hora es una forma sencilla de mantenernos en buen estado físico, mental y anímico.
Caminar es un ejercicio natural que mejora la circulación de la sangre, la oxigenación
y activa el metabolismo del cuerpo
por lo que hace que todos los órganos funcionen mejor.
Sonreír con frecuencia
Sonreír libera endorfinas.
Las endorfinas son las hormonas que están relacionadas con los sentimientos de felicidad y positividad.
Este efecto se consigue también cuando simulamos una sonrisa,
porque el cerebro interpreta el movimiento de los músculos de la cara.
Sonreímos porque nos sentimos bien, pero también podemos sonreír para sentirnos mejor.
Masticar bien los alimentos
Con frecuencia se come deprisa y masticando muy poco.
Sin embargo masticar bien los alimentos mejora la digestión y la absorción de los nutrientes.
Cuando masticamos despacio nuestro cuerpo aprovecha mejor las vitaminas y minerales que contienen los alimentos.
Beber agua para estar bien hidratados
El agua limpia el organismo, ayuda a eliminar las toxinas y a mantener la belleza de la piel.
Cuando no estamos bien hidratados la piel tiene un aspecto seco y arrugado.
Recuerda que el agua es un hidratante natural para la piel.
Respirar correctamente
La mayor parte del tiempo respiramos de forma inconsciente.
Muchas veces lo hacemos de forma superficial, sin que nuestros pulmones se llenen de aire.
Todas las células de nuestro cuerpo necesitan oxígeno para funcionar bien.
Por eso, practicar la respiración profunda y conscientemente aumenta nuestra capacidad pulmonar
y mejora la oxigenación de las células.
Saber controlar nuestra respiración también nos ayuda a relajarnos y a combatir el estrés.
Practicar yoga, pilates o tai-chi nos ayuda a mejorar nuestra capacidad respiratoria.
Todas estas conductas son fáciles de hacer, pero también son fáciles de olvidar
Por eso, es importante que seamos constantes y las practiquemos a diario,
para que el aspecto de nuestro cabello, nuestro cuerpo y nuestra piel pueda reflejar sus beneficios.
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Paola Torres Muinelo (VíaPaolablog)
Equipo Escuela de Imagen y Moda Fácil
www.tomu.es
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