El cambio climático amenaza la producción de cacao y el futuro del chocolate

La producción mundial de chocolate enfrenta una amenaza creciente debido a la crisis climática provocada por las actividades humanas. En la última década, la cantidad de días con temperaturas máximas por encima de los 32 grados ha aumentado en diversas zonas de África occidental, principal región productora de cacao, lo que compromete su cultivo.

Un estudio elaborado por Climate Central, un grupo de expertos en cambio climático, señala que el cacao, ingrediente esencial del chocolate, es altamente sensible a las variaciones de temperatura y precipitaciones. Para su desarrollo óptimo, requiere condiciones climáticas específicas, con temperaturas que no superen los 32 grados y un régimen de lluvias adecuado. Cuando la temperatura sobrepasa este umbral, la calidad y cantidad de las cosechas pueden verse seriamente afectadas.

Aumento de días de calor extremo, el cacao en alto riesgo

El análisis de Climate Central estudió 44 regiones clave en los cuatro países principales productores de cacao: Camerún, Costa de Marfil, Ghana y Nigeria. Se observó que Costa de Marfil y Ghana, responsables de más del 50% de la producción global, han experimentado un incremento significativo en los días de calor extremo, con un promedio de 40 días adicionales al año por encima de los 32 grados en la última década.

En Camerún y Nigeria, el impacto del cambio climático también ha sido evidente, aunque en menor medida. En estas naciones, los productores de cacao han enfrentado un promedio de 18 y 14 días extra al año, respectivamente, con temperaturas que afectan el crecimiento de este fruto. En total, 28 de las 44 regiones analizadas han experimentado al menos seis semanas adicionales de calor extremo al año, lo que dificulta aún más la producción.

Impacto de las lluvias irregulares

Además del aumento de las temperaturas, los cambios en los patrones de lluvia han generado desafíos adicionales para la producción de cacao. Las plantas requieren entre 1.500 y 2.000 litros de agua por metro cuadrado al año y períodos secos que no se extiendan más de tres meses para desarrollarse adecuadamente. La variabilidad en las precipitaciones ha afectado las cosechas en diferentes años, como ocurrió en 2024, cuando las lluvias inconsistentes contribuyeron al alza en el precio del producto a nivel mundial.

Entre julio de 2022 y febrero de 2024, los precios del fruto aumentaron un 136 %, impulsados en parte por las condiciones climáticas adversas. Climate Central advierte que el cambio climático seguirá generando alteraciones drásticas entre periodos secos y húmedos en muchas regiones, incluidas las principales zonas productoras de África occidental, lo que podría comprometer aún más la estabilidad del cultivo.

Otros desafíos y posibles soluciones

La crisis climática no es el único factor que amenaza el futuro de este producto. Problemas como la minería ilegal, el contrabando y la propagación de plagas, como el virus del brote hinchado del producto, agravan la situación y elevan los costos de producción. Además, el aumento de las temperaturas no solo reduce el rendimiento de los cultivos, sino que también pone en riesgo la salud de los agricultores, quienes a menudo trabajan en condiciones difíciles, con largas jornadas y bajos ingresos.

Para enfrentar estos retos, los expertos proponen diversas estrategias de adaptación. Entre ellas, destacan el desarrollo de variedades de este producto más resistentes al calor y la sequía, la implementación de sistemas agroforestales que proporcionen sombra y la reubicación de cultivos en zonas con condiciones más favorables. No obstante, muchas de estas soluciones requieren inversiones significativas y conocimientos especializados, lo que representa un obstáculo para los pequeños productores, quienes suelen carecer de recursos suficientes para implementar estas medidas.

La crisis climática representa una amenaza seria para la producción de cacao y, por ende, para la industria del chocolate. Sin acciones concretas para mitigar el impacto del calentamiento global y mejorar las condiciones de los agricultores, el futuro del fruto y de quienes dependen de él se verá cada vez más comprometido.