El impacto del cambio climático en Europa: ¿Qué nos depara el futuro?

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22/02/2025 - 12:00
Calor extremo causado por el cambio climático en Europa

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El cambio climático continúa alterando los ecosistemas y las condiciones de vida en todo el mundo, y Europa no es la excepción.

Un reciente estudio publicado en Nature Medicine por el Laboratorio de Modelización de Medio Ambiente y Salud de la London School of Hygiene & Tropical Medicine advierte sobre un preocupante aumento en las muertes relacionadas con temperaturas extremas hacia finales de este siglo.

España y su vulnerabilidad ante el calor extremo causado por el cambio climático

Dentro del contexto europeo, España emerge como una de las naciones más afectadas por el calentamiento global. Particularmente, Barcelona se posiciona como la ciudad con mayor riesgo de mortalidad debido a las olas de calor, con una proyección de 246.082 muertes adicionales. Este dato es alarmante y destaca la vulnerabilidad del país ante las crecientes temperaturas.

La investigación analizó 854 ciudades europeas, evaluando el impacto futuro del cambio climático en la mortalidad vinculada tanto al calor como al frío. Aunque la reducción de muertes por frío compensará en parte los efectos del calentamiento, este descenso será insuficiente para equilibrar el aumento de fallecimientos relacionados con las altas temperaturas.

El análisis revela que el sur de Europa sufrirá las mayores consecuencias, con España, Italia y Grecia liderando el número de muertes adicionales por calor. En contraste, el norte de Europa experimentará una ligera disminución en las muertes vinculadas al frío. Por ejemplo, en Finlandia se estima una reducción de 31 muertes por cada 100.000 habitantes en el período 2095-2099, mientras que España registraría un aumento de 125 muertes por cada 100.000 habitantes en el mismo intervalo.

  • Barcelona, la ciudad más afectada

El informe señala que entre las ciudades europeas, Barcelona encabeza la lista de las más afectadas, seguida de Roma con 147.738 muertes adicionales y Madrid en el cuarto puesto con 129.716 fallecimientos proyectados. Valencia también se encuentra en una posición preocupante, con 67.519 muertes adicionales.

Según Pierre Masselot, uno de los autores del estudio, España enfrenta un doble desafío: su condición de país mediterráneo con temperaturas naturalmente elevadas y su ubicación en una de las regiones del mundo que se calienta más rápido debido al cambio climático.

David García-León, otro de los investigadores, señala que las diferencias entre Barcelona y Madrid podrían explicarse por factores socioeconómicos o la calidad de los servicios asistenciales. Aunque Madrid sufre temperaturas extremas tanto en verano como en invierno, sus tasas estandarizadas de mortalidad son menores en comparación con Barcelona. Aspectos como la urbanización, el acceso a zonas verdes y la infraestructura sanitaria podrían influir en estas cifras.

Estrategias para mitigar los efectos del calor extremo

A pesar de las alarmantes proyecciones, los científicos enfatizan que todavía hay tiempo para reducir el impacto del cambio climático en la mortalidad. La solución pasa por la combinación de dos enfoques: la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero y la adaptación a los nuevos escenarios climáticos.

Entre las estrategias recomendadas se incluyen la mejora de los sistemas de climatización en hogares vulnerables, la creación de refugios climáticos y una reestructuración urbanística enfocada en la reducción de superficies de asfalto y cemento, responsables del efecto "isla de calor urbana". Asimismo, la expansión de áreas verdes en las ciudades es una medida clave para mitigar el impacto del calor extremo.

Un futuro que aún puede cambiar

El panorama descrito sobre el cambio climático en este estudio es preocupante, pero no inamovible. Con políticas ambientales ambiciosas y sostenidas, tanto a nivel local como global, se pueden reducir significativamente las muertes asociadas a las temperaturas extremas.

Sin embargo, los expertos advierten que el tiempo es limitado y que las acciones deben tomarse con urgencia. La región mediterránea enfrenta un desafío crítico que solo puede abordarse con un esfuerzo conjunto de gobiernos, científicos y ciudadanos. Adaptar las ciudades, proteger a las comunidades más vulnerables y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero no son solo opciones, sino necesidades impostergables para garantizar un futuro más seguro ante el escenario de cambio climático tan crítico.

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