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El cupón de la ONCE del 14 de mayo, justo antes de San Isidro, el patrón de Madrid, promueve seguir la tradición de la Pradera de San Isidro y beber ‘agua del santo’ junto a la Ermita. Cinco millones de cupones difundirán esta festividad madrileña.
Este lunes, Luis Natalio Royo, delegado de la ONCE en Madrid, junto con Mª Teresa Rodríguez Peco, presidenta del Consejo Territorial ONCE en Madrid, entregaron una lámina enmarcada del cupón a Manuel Gullón y de Oñate, conde de Tepa y presidente de la Archicofradía Sacramental de San Pedro, San Andrés y San Isidro. El evento tuvo lugar en la Capilla y contó con la presencia de la vicepresidenta de la Archicofradía y el director de la Agencia de la ONCE en Carabanchel, Javier Álvaro Ruiz.
El cupón de la ONCE celebrará la iconografía de San Isidro
El cupón presenta una fotografía de la Ermita de San Isidro, ubicada en la Pradera del mismo nombre, fusionando dos tradiciones: los cupones y el casticismo madrileño, resaltó la ONCE.
La costumbre de hacer una romería a la Pradera fue inmortalizada por Francisco de Goya en 1788. Lo hizo a través de un óleo sobre lienzo que recrea la zona de Madrid entre la Ermita de San Isidro y el río Manzanares, con la ciudad al fondo. Este cuadro retrata a diversos personajes de la sociedad madrileña y ejemplifica el casticismo de la capital.
Las tradiciones
Los agricultores veneraban el agua de la fuente de la Ermita, atribuyéndole cualidades milagrosas. Esta creencia arraigada ha establecido la tradición de beber de esta fuente durante la festividad mencionada.
Hoy en día, la Pradera se llena de visitantes cada 15 de mayo. Es un lugar donde chulapos y chulapas, vestidos con los trajes típicos de Madrid, se reúnen para disfrutar de un día al aire libre. Durante esta festividad, el chotis, bailado sobre un ladrillo, es el protagonista indiscutible.
La vestimenta del chulapo y la chulapa
Para asistir a la Pradera y sumergirse por completo en la festividad isidril, el chulapo debe lucir la 'parpusa' (gorra), el 'safo' (pañuelo al cuello), la 'mañosa' o 'chupa' (chaqueta) con un clavel en la solapa, un elegante 'gabriel' (chaleco), una impecable 'babosa' (camisa), además de los 'alares' (pantalones) y unos refinados 'calcos' (zapatos negros).
La chulapa también deslumbra con su atuendo. Lleva un vestido ceñido con estampados de flores o lunares, complementado con un delantal para proteger la falda y un elegante mantón de Manila. Su cabello está recogido en un moño y cubierto por un pañuelo blanco atado bajo la barbilla, adornado con claveles rojos si está casada, blancos si es soltera, uno rojo y otro blanco si está comprometida, y tres claveles si es viuda: dos rojos y uno blanco.
La Ermita de San Isidro se encuentra en terrenos que una vez pertenecieron a Juan de Vargas, quien contrató al santo Isidro como pocero y labrador. Cerca de la ermita hay un manantial que, según la tradición, el santo hizo brotar milagrosamente para proveer de agua a su amo, y al que la gente atribuye propiedades curativas. Cada 15 de mayo, largas filas de personas se forman para beber de esta agua.
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