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El deporte femenino debe hacerse ver más en este país. En gran parte, es culpa de un sector periodístico que está dominado por el deporte rey en el que, se ha renegado de cualquier otro deporte o incluso que ha renegado del deporte femenino. Por ello, es necesario feminizar el deporte. No solo por las pelotaris que reclaman un sueldo a día de hoy. Estas mujeres eran profesionales de su deporte durante el siglo pasado.
El auge se debió a la salida de la posguerra donde ellas comenzaban a tener un dinero extra. Sin embargo, la situación de las pelotaris hoy tiene muy poco que ver con la de hace 50 años.
El deporte femenino debe ser más visible
El feminismo debería servir para reclamar igualdad en estas circunstancias. Como todo, el deporte en vez de un hobbie se ha convertido en un negocio que hay que rentabilizar. Pero, en este caso, el deporte femenino no será rentable si no se le da visibilidad, si no genera noticias y, no será rentable desde luego si no genera portadas.
Portadas como las de hoy en varios diarios con el regreso de Virginia Torrecilla. La futbolista balear volvió a pisar un terreno de juego tras casi 2 años apartada por un cáncer. Sin embargo, pese a perder la final de la Supercopa de España frente al Fútbol Club Barcelona, la colchonera salió ovacionada por sus rivales al final del partido.
El deporte femenino necesita difusión
El deporte femenino no solo es huelgas, desigualdades o cualquier aspecto negativo. Los medios deben hacerse eco no solo cuando existe la carnaza para vender sino cuando hay acontecimientos como el de hoy. No solo es la huelga para reclamar lo que corresponde como fue el caso de todas las jugadoras de la Liga Ellas a principio de temporada con la firma del convenio colectivo o el lío del Rayo con la asistencia médica o la situación que vivió la selección de baloncesto tras la salida de Lucas Mondelo.
El deporte femenino necesita difusión porque ha habido muchos éxitos y muchas deportistas que han triunfado y a las que no se ha dado tanto foco: Las Guerreras de balonmano, la selección de basket, desde la raqueta de Arantxa Sánchez Vicario hasta las de Carla, Garbiñe Muguruza o Paula Badosa. Si los medios dedicaran más tiempo en buscar la cara amable del deporte femenino, podríamos equipararnos a países como Francia, Alemania o Países Bajos dónde sus cabeceras son capaces de abrir con cualquier tipo de deporte. Nos acercan kilómetros. Nos separa un abismo de cultura deportiva.
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