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Nos encontramos en pleno verano, muchos disfrutándolo y otros tantos deseando que llegue ya el otoño. Seamos de los amantes del calor y los chapuzones, o de los que prefieren un café caliente debajo de una buena manta, lo cierto es que esta época trae consigo algunas consecuencias no tan positivas.
Las altas temperaturas sumadas a otras actividades que habitualmente no solemos realizar, como meternos en el mar o pasar mucho más tiempo al sol, hace que nos enfrentemos a otro tipo de dolencias cuando llega el verano de las que es conveniente estar atento.
5 padecimientos comunes en verano (y cómo contrarrestarlos)
Seguramente llegados a este punto del verano, si no has experimentado todas estas dolencias, estás muy cerca de hace Bingo. Aunque puede ser que hayas sido un afortunado o afortunada y nunca te haya tocado pasar por algo de esto. Sea como fuere, te contamos en que consisten los padecimientos más populares de esta época y cómo prevenirlos, o contrarrestarlos en su defecto:
Golpe de calor
Empezamos por uno fuerte: el golpe de calor. Es una de las dolencias que más preocupa porque puede tener importantes consecuencias en nuestra salud. Ocurre cuando el cuerpo no puede regular su temperatura adecuadamente debido a la exposición prolongada a altas temperaturas. Los síntomas incluyen confusión, piel caliente y seca, pulso rápido, náuseas y vómitos.
En casos graves, puede provocar daño cerebral y ser potencialmente mortal. Para prevenirlo, es fundamental mantenerse hidratado, usar ropa ligera, evitar la exposición al sol en las horas más calurosas y descansar en lugares frescos. Por su puesto, si sientes alguno de los síntomas antes mencionados, acude inmediatamente a un centro de salud.
Quemaduras solares
La exposición excesiva a los rayos ultravioleta del sol puede causar quemaduras en la piel. Los síntomas incluyen enrojecimiento, dolor, hinchazón y en casos graves, formación de ampollas. Las quemaduras solares también aumentan el riesgo de cáncer de piel a largo plazo. Usar protector solar de amplio espectro, ropa protectora como sombreros y gafas de sol, y buscar sombra son medidas clave para prevenir las quemaduras solares.
Picaduras de insectos y animales marinos
Los insectos como los mosquitos y las avispas son más activos en verano. Sus picaduras pueden causar picazón, hinchazón y enrojecimiento en la piel. Algunas personas pueden ser alérgicas y experimentar reacciones más graves. Usar repelente de insectos, evitar áreas donde los insectos sean mas abundantes y usar ropa protectora son formas de prevenir las picaduras.
Por otro lado, también estamos más expuestos a picaduras de animales marinos como las famosas medusas, los peces araña, el erizo de mar o las carabelas portuguesas. Toda esta fauna es más común en las costas españolas de lo que nos pensamos y sus picadoras pueden ser desde moderadas a muy graves. Lo mejor es atender a los avisos de precaución, saber reconocer a estos animales y por supuesto, acudir a un puesto sanitario en caso de haber sufrido una picadura.
Intoxicación alimentaria
El calor del verano puede facilitar el crecimiento de bacterias en los alimentos. Consumir alimentos contaminados puede causar síntomas como náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal. Para prevenir la intoxicación alimentaria, es importante mantener una buena higiene al manipular y cocinar alimentos, refrigerar los alimentos perecederos de manera adecuada y evitar comer alimentos crudos o mal cocidos.
Infecciones
El verano también trae consigo infecciones muy populares como la cistitis o la otitis. La primera está relacionada con la infección de nuestro tracto urinario, mientras que la segunda con nuestros oídos, pero ambas tienen un denominador común: el agua. Las piscinas y las playas suelen puntos calientes para que surjan estas infecciones, ya sea por contagio, porque el agua no este del todo limpia o por haber mantenido ambas zonas húmedas durante demasiado tiempo.
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