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Mucho se habla y se escribe sobre el posible 'efecto llamada' de la violencia machista. Algunos expertos han sostenido que la difusión de un feminicidio provoca un aumento de casos del mismo tipo, especialmente si el crimen resulta muy mediático, mientras otras voces niegan que eso suceda y se oponen a que sea una lacra que quede silenciada.
Investigar la supuesta existencia de este efecto llamada es una de las tareas recogidas en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Por ello, el debate llevó al Congreso a solicitar, a través del Pacto de Estado en esta materia, que la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género realizase un estudio acerca de este fenómeno.
Así, el 'Análisis temporal de los asesinatos de mujeres por violencia de género en España a lo largo de 15 años' ha recopilado datos pormenorizados de los 928 casos registrados entre 2003 -cuando comenzó el recuento oficial- y 2017. A día de hoy la cifra asciende a 1.083 pero la vigencia de sus conclusiones se mantiene.
Igualdad descarta el 'efecto llamada' a través del análisis de 15 años de violencia machista
No es la información lo que mata, quienes matan son los hombres. Los asesinatos de mujeres a manos de hombres con los que tienen un vínculo no están tratados de forma proporcionada a su gravedad en los medios de comunicación. Cada año, como media, 60 hombres asesinan a 60 mujeres y una decena de niños quedan huérfanos.
La investigación determina que, "pese a la percepción social que hay", no existe el también denominado 'efecto llamada'. "No se ha encontrado evidencia sobre la existencia de ninguna agrupación de asesinatos ni de que la ocurrencia de un asesinato por violencia de género en un día cualquiera conlleve un incremento del riesgo en los días consecutivos", remarca la delegada del Gobierno Victoria Rosell, encargada de presentar el documento junto a sus autores principales, Belén Sanz y Fernando Vallejo.
El informe agrega que entre los 5.479 días analizados se han detectado 29 periodos puntuales de dos, tres y cuatro días en los que la cifra de crímenes fue "inusualmente mayor en comparación con la distribución diaria de asesinatos del resto del periodo estudiado" y agrega que "los análisis estadísticos realizados no han encontrado una explicación" para ello. "Aunque resulten llamativos por lo inusual del elevado número de asesinatos para lo breve de su duración, se constata que son simplemente un reflejo del efecto derivado de la mayor frecuencia de asesinatos en determinados años, meses y, muy especialmente, días de la semana", continúa.
En lo que sí estamos de acuerdo con muchas fuentes consultadas para realizar ese estudio, es en que la manera de informar importa. De hecho puede ser un factor que da ideas a ciertos agresores sobre qué arma usar para cometer un crimen o les pueden reforzar moralmente para hacerlo.
El efecto llamada no es tan simple como pensar que alguien mataría a una mujer solo porque ha visto algo similar en la tele o en la prenda. Sin embargo, es muy relevante cómo se formula el relato: Se normalizan aspectos como exculpar al agresor. Por eso, no se debe justificar o excusar a los maltratadores, No hay que incluir en las noticias motivos como el alcohol o las drogas, el mayor fundamento es el machismo.
En España, una mujer fue asesinada por violencia de género cada seis días, con 62 asesinatos de promedio anual
El año más dramático fue 2008, con 76 víctimas, mientras que en 2016 se registró el menor número: 49. Con datos actualizados, 2020 es ahora el ejercicio con un dato más bajo -45 asesinatos machistas-, marcado por al encierro domiciliario y las restricciones de movilidad a las que obligó la pandemia del coronavirus.
Preguntada sobre si ese decrecimiento se puede atribuir a la existencia de la Ley contra la violencia de género, aprobada a finales de 2004, Belén Sanz, una de las autoras del estudio, ha confirmado que a partir de su entrada en vigor y de que empezase a ponerse en funcionamiento, aunque con variabilidad la tendencia comienza a disminuir. "Si eso se debe a la ley habría que evaluarlo. No sé si puede haber otras razones pero también pueden ser razones asociadas a ella. Desde que está en marcha son muchas las acciones llevadas a cabo desde todo los ámbitos: judicial, educativo, de sensibilización...", ha agregado
Publicar las cifras es una forma simbólica de asumir una responsabilidad: la de una sociedad en la que todavía se cometen de media al año 60 crímenes contra las mujeres. Pero también aportan contexto e información.
La violencia machista es la primera causa de muerte violenta en España
Sin embargo, los medios de comunicación, en términos generales, no otorgan a este hecho el tratamiento informativo adecuado y exhaustivo que merece.
No debemos tener miedo a contar lo que pasa. No hay efecto llamada con la violencia de género. Los periodistas estamos obligados a contar la realidad y por desgracia, los asesinatos machistas ocurren de manera reiterada en nuestro país. Hay hombres que asesinan a mujeres, hay niños que se quedan huérfanos de madre, hay mujeres que viven aterrorizadas, y eso hay que contarlo.
Además, los asesinatos machistas no son toda la violencia machista. Hay malos tratos, humillaciones, vejaciones, mujeres que viven paralizadas por el miedo y de eso se habla muy poco.
Quienes informamos de la violencia machista deberíamos contribuir a acabar con ella
Al igual que combatimos el terrorismo, entre otras muchas cosas, informando de esa violencia desde el punto de vista de las víctimas, de quienes lo sufren, podemos acabar con la violencia machista. Todavía no se informa de manera generalizada sobre la violencia hacia las mujeres desde el punto de las víctimas. Muchas veces los hechos se convierten en espectáculo. Los periodistas debemos elegir bien las palabras que empleamos para referirnos a los asesinatos machistas, que no son un suceso, ni una cuestión privada entre el asesino y la víctima; son un problema muy grave con el hay que acabar.
Los estudios recientes contradicen la extendida idea de que se produce un efecto llamada cuando se difunde la noticia de un asesinato machista, así que periodistas ¡a los hechos!
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