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La ONU ha publicado recientemente el ranking de los países más felices del mundo World Happiness Report por décimo año consecutivo, y España ha escalado tres posiciones, del 27 al 24.
Se trata de un informe en el que trabajan diferentes economistas reconocidos internacionalmente. Estos analizan hasta siete variables diferentes, como son PIB per cápita en términos de disparidad de compra, redes de apoyo social, esperanza de vida, libertad, generosidad y ausencia de corrupción para comparar los países.
Con los datos obtenidos, elaboran un ranking de los países más felices del mundo. Dicho de otra manera, identificar los países cuyos ciudadanos se sienten más felices.
¿Cuáles son los países más felices del mundo?
En el primer puesto del ranking de países más felices del mundo se ha asentado Finlandia por quinto año consecutivo, que junto con Islandia y Dinamarca han formado el nuevo pódium post-pandémico sobre la felicidad.
Jordania, Tanzania y Zimbabue, en cambio, fueron, de los 95 países que participaron en el ranking, los que cerraron la lista.
Algunos de los motivos que relacionan los expertos con este triunfo es que los países más felices vencedores del ranking cuentan con una amplia naturaleza y la posibilidad de realizar actividades al aire libre.
En el caso de Finlandia, más del 90 % de su territorio son bosques o reservas de agua.
7 de cada 10 personas son felices en España
La inteligencia artificial, estudiando las fotos de Instagram, ha determinado que los lugares donde más felices son los españoles son Toledo, Plasencia, Marbella, Sevilla y Sotogrande, en ese orden. Esto se debe a los paisajes tan destacados de las dos primeras ciudades, abundando la naturaleza en Plasencia, y al buen tiempo que hay casi siempre en las ciudades andaluzas que han sido nombradas.
Encontrarse en una terraza al sol, pasar tiempo con nuestros familiares o con nuestra pareja, son tres de las principales razones que hacen feliz a un español, según una encuesta realizada por la marca de cervezas Mahou.
¿Cómo ser felices sin obsesionarnos con ello?
Fuentes de Deusto Salud, escuela especializada en bienestar y salud, afirman que “hay muchas cosas que no dependen de nosotros. Hemos de despreocuparnos de aquello que no podemos modificar para ser felices”. Sin embargo, algunas investigaciones científicas sí atribuyen el mérito de la felicidad a la capacidad individual de hacer funcionar cuatro hormonas principales que dominan la felicidad a través del cerebro: las endorfinas, que mitigan el dolor; la serotonina, el mayor antidepresivo natural; la oxitocina, que promueve la vinculación con otras personas y el desarrollo de la confianza; y la dopamina, que promueve el placer y la relajación.
La felicidad es una condición subjetiva y relativa. Como tal, no existen requisitos objetivos para ser felices: dos personas no tienen porqué ser felices por las mismas razones o en las mismas condiciones y circunstancias.
Alcanzar el estado de bienestar para que la felicidad sea algo constante en nuestras vidas no es tarea sencilla. La investigación actual sobre los países más felices, por ejemplo, apuesta por fomentar otro modelo de búsqueda de la felicidad basado en saber disfrutar de lo que se tiene. En mantener el deseo de vivir a pesar de las adversidades, sostiene Victoria Camps. Otras vertientes apuestan también por el antiguo lema romano men sana in corpore sano, que lleva a muchos a querer iniciarse en la práctica de actividades que usen el cuerpo para conectar, de algún modo, con el bienestar interior.
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