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La sangre o flujo menstrual podría usarse como método fiables para monitorear o diagnosticar una variedad de condiciones de salud y enfermedades.
Así lo publica la BBC en un reportaje a Qvin, una start-up fundada por la doctora Sara Naseri que analiza correlaciones entre sangre menstrual y sangre de vena o de un dedo pinchado.
El objetivo es poder demostrar que los marcadores biológicos, por ejemplo, de colesterol o azúcar en sangre son iguales a los de la sangre menstrual, para que dicho análisis se utilizase de forma mensual para el control de enfermedades cardiovasculares o la diabetes.
A parte de esta objetivo, el flujo menstrual tiene su potencial en erradicar pruebas invasivas para conocer el estado de salud del sistema reproductivo femenino
Y es que en el ámbito de la investigación de enfermedades del sistema reproductor femenino hace falta mucha mano, pues el diagnóstico es lento, con pocas opciones de tratamiento y las pruebas, en su mayoría son dolorosas y angustiosas para las pacientes.
El caso, es que analizar el flujo menstrual tiene mucha resistencia y tabúes sociales. Tanto así, que la empresa emergente Theblood de Berlín, tuvo muchas complicaciones para encontrar un socio de laboratorio que aceptase analizar muestras de sangre menstrual.
Puede parecer absurdo, si nos paramos a comprobar que el resto de laboratorios si que analiza muestras de heces, saliva y orina.
En Reino Unido, la financiación para investigación médica sobre la ginecología solo ocupa el 2,1 %, a pesar de que un 31 % de las mujeres padecen algún problema al respecto. Y el factor asco, como expone la Dra, Christine Metz, profesora e investigadora de endometriosis en los Institutos Feinstein de investigación Médica de Northell Healt en Long Island, Nueva York, es uno de los paralizadores.
Ella misma expone que ha sido muy difícil conseguir una análisis del flujo menstrual así como contar con la financiación para llevarlo a cabo.
Esta experta investigadora, centra su trabajo en el estudio Rose (Research Outsmarts Endometriosis) para conseguir acelerar los tiempos de diagnóstico y desarrollar tratamientos para la endometriosis.
Volviendo a empresas como Qvin y Theblood se encuentran financiando sus estudios con capital de riesgo, esperando conseguir un impulso del cambio, para poder demostrar que el flujo menstrual tiene valor como producto de consumo.
Pero, al dirigirse a los inversores, se ven explicando una y otra vez conceptos básicos de la menstruación, lo que hace aún más tardío el avance.
A nivel asistencial, este avance podría suponer mejoras de calidad de vida para las pacientes
Al igual que para la detección de la endometriosis, la evaluación del flujo menstrual podría servir para detectar el cáncer de cuello de útero.
De esta forma se podría evitar la prueba dolorosa y sin anestesia, que se basa en que el especialista utiliza un espéculo para abrir la vagina y con un cepillo o espátula raspa muestras de células del cuello uterino en su entrada.
Se trata de una prueba altamente invasiva, por lo que el análisis del flujo menstrual dejaría grandes cambios a nivel asistencial y de calidad de vida para todas las pacientes.
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