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La prioridad verde concreta de acabar con el calentamiento global se trabaja esta semana en UN Week, la cumbre anual de la Asamblea General de las Naciones Unidas que se prolonga hasta el jueves 1 de octubre.
La ONU trabaja en preparar el terreno para el encuentro de Glasgow de noviembre: una continuación del de París. Si se quiere limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados este año, la cumbre de Glasgow, conocida como COP26, debería actualizar los objetivos acordados en 2015. Específicamente, reducir las emisiones un 45 % en 2030 con respecto a los niveles de 2010 y garantizar esos 100.000 millones de dólares anuales para los países pobres.
La agenda es la agenda y las autoridades de la ONU, encabezadas por el secretario general, António Guterres, insisten en recordar a los distintos mandatarios dónde deben de centrar su atención: en la pandemia de covid y en la lucha contra el cambio climático.
“En base al actual compromiso de los estados miembros, el mundo está en el camino catastrófico de un calentamiento de 2,7 grados, en lugar de los 1,5 grados que habíamos acordado que debía de ser el límite”, declaró Guterres esta semana.
“Para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados, necesitamos recortar las emisiones un 45 % para 2030, de manera que podamos alcanzar la neutralidad de carbono a mediados de siglo. En lugar de ello, los compromisos hechos hasta ahora por los países implican un aumento del 15 % en las emisiones de gases de efecto invernadero”.
A no ser que cambiemos colectivamente el curso, hay un alto riesgo de fracaso
La mayoría de los países firmantes en el Acuerdo de París van más que atrasados en sus promesas, y tampoco se ha llenado ese fondo climático de 100.000 millones de dólares anuales, de fuentes públicas y privadas, que debía de ayudar a los países pobres a modernizar sus modelos energéticos y reforzar sus defensas contra los efectos del cambio climático.
El presidente de Costa Rica, Carlos Quesada, fue más directo. Declaró que, “si los países fueran entidades privadas, todos los líderes serían despedidos, dado que no estamos en camino [de cumplir los objetivos climáticos]. Las cosas siguen igual. Es absurdo”.
Desde entonces se han producido algunos guiños. El presidente de EE.UU., Joe Biden, prometió duplicar la aportación de su país al fondo climático, que pasaría a recibir 11.400 millones de dólares americanos al año. Un aumento que tiene que aprobar el Congreso. Biden, que ha creado un Consejo del Clima, nombrado dos altos cargos climáticos y que trata de que incluir inversiones verdes en su plan de infraestructuras, situó este desafío en el centro de su discurso ante la Asamblea General.
El primer ministro del país que acogerá la cumbre de Glasgow, Boris Johnson, también echó una regañina filosófica a las audiencias mundiales. “Todavía nos apegamos, con partes de muestras mentes, a la creencia infantil de que el mundo se hizo para nuestra gratificación y placer”, declaró, “y combinamos este narcisismo con la asunción de nuestra propia inmortalidad”. “Amigos míos, la adolescencia de la humanidad se está acabado y debe de acabarse”.
La aportación del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, vino imbuida de la actualidad. “Llego a esta Asamblea directamente de la isla, impresionado por cómo la naturaleza, una vez más, nos recuerda la medida de nuestra fragilidad”, dijo al principio de su alocución. “Pero también de nuestra fortaleza. Gracias a la ciencia, hemos podido anticipar la respuesta”.
Las palabras de los gobernantes están yendo más lejos que sus acciones, pero tú tienes herramientas para frenar el calentamiento global
En agosto de 2018 una niña sueca de 16 años, Greta Thunberg se plantó delante del parlamento sueco para protestar contra el cambio climático. Durante varios viernes siguió haciendo lo mismo e inspiró el movimiento llamado Fridays For Future, que siguen miles de jóvenes en todo el mundo. Su discurso ha calado hondo y ha hablado en la Cumbre del Clima de Naciones Unidas y en el Foro de Davos. Greta demuestra que tenemos en nuestra mano revertir el cambio climático y que es un problema que debe preocuparnos a todos.
Puede que pienses que luchar contra el calentamiento global depende solo de los gobiernos nacionales y de las instituciones internacionales pero, lo cierto es que podemos hacer muchas pequeñas acciones diarias que pueden contribuir a cambiar la situación actual y mejorar el medioambiente.
Deja de utilizar tu coche
Los vehículos son unos de los mayores emisores de carbono, que contribuye al efecto invernadero. Para evitar la contaminación, sustituye el uso de tu coche por el transporte público, la bicicleta o un buen paseo.
Ahorra electricidad
Para lograrlo puedes hacer muchas cosas como: utilizar bombillas LED o de bajo consumo; no dejar aparatos eléctricos en stand by; no poner el aire acondicionado a temperaturas muy bajas o la calefacción a temperaturas muy altas; aislar tu casa para evitar pérdidas de calor y de frío; elegir aparatos eléctricos de bajo consumo; poner la lavadora y el lavavajillas solo cuando estén llenos y evitar utilizar la secadora; apagar las luces cuando no estés en casa o en las habitaciones que no estés utilizando; apostar por las energías renovables como la energía solar.
Recicla
Nuestra forma de consumir influye notablemente en el calentamiento global, por ese motivo es importante reciclar. Con pequeños gestos puedes cambiar las cosas.
Controla el consumo de agua
El agua es un bien escaso y es muy importante cuidarlo, por eso: cierra los grifos cuando no estés usando el agua, dúchate en lugar de bañarte, o utiliza grifos que reduzcan el caudal.
Enseña a tus hijos a respetar al medioambiente
La responsabilidad de frenar el cambio climático no es solo nuestra, sino también de nuestros hijos e hijas, por eso, es importante que aprendan desde pequeños, tanto en el colegio como en casa, la importancia de reciclar, de controlar el consumo de agua o de utilizar medios de transporte ecológicos.
Come de forma responsable
Por ejemplo, es importante reducir el consumo de carnes, debido a que la ganadería es uno de los contaminantes de la atmósfera, y aumentar el consumo de frutas y verduras.
Frenar el calentamiento global está en nuestras manos y concienciarnos de cómo pequeñas acciones diarias pueden influir para mejorar las cosas, es el primer paso.
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