Los ingenieros piden un acuerdo para gestionar el agua tras la tragedia de la DANA

El pasado 29 de octubre, la tormenta DANA dejó un rastro de destrucción y pérdidas humanas en España, especialmente en Valencia, donde las inundaciones cobraron la vida de 222 personas. Ante esta situación, el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos ha pedido un Pacto de Estado sobre el agua para mejorar la gestión de este recurso y prevenir futuras catástrofes.

En una declaración institucional presentada por el presidente de los ingenieros de caminos, Miguel Ángel Carrillo, se destacó la urgencia de que todas las fuerzas políticas y administraciones se unan para garantizar inversiones en infraestructuras hidráulicas y medidas de defensa contra avenidas en las cuencas hidrográficas. Carrillo enfatizó que la gestión del agua debe estar libre de intereses políticos, centrarse en criterios técnicos y promover la colaboración entre las distintas administraciones, independientemente del partido que esté en el poder.

El presidente recordó ejemplos históricos en los que España alcanzó grandes consensos, como los Pactos de la Moncloa de 1977 o el Pacto de Estado contra la Violencia de Género de 2017. En su opinión, el momento actual requiere un acuerdo similar en torno a la gestión del agua, dada su importancia para la vida y la economía del país.

Los ingenieros de caminos son claros: Infraestructuras clave para prevenir tragedias

Carrillo lamentó que las recomendaciones de los ingenieros para construir, mantener y limpiar infraestructuras hidráulicas no se hayan implementado, lo que, según él, podría haber reducido significativamente el impacto de la DANA. Subrayó la necesidad de que los ingenieros de caminos asuman roles clave, como la seguridad de las presas y la planificación en municipios con riesgo de inundaciones.

Asimismo, destacó la importancia de contar con protocolos de emergencia más eficaces, especialmente para proteger a las personas mayores, que representaron más del 50% de las víctimas de la DANA.

Daños humanos y económicos devastadores

La declaración institucional también alertó sobre el alto riesgo de desertización que afecta al 75% del territorio español y los peligros que enfrentan tres millones de personas que viven en zonas inundables. Según los ingenieros, las pérdidas humanas y materiales causadas por la DANA habrían sido menores si las infraestructuras proyectadas se hubieran construido.

El impacto económico ha sido significativo: un millón de personas damnificadas, 69.000 viviendas dañadas y más de 120.000 vehículos afectados. Además, el Banco de España estima que el desastre restará 1.000 millones de euros al PIB del cuarto trimestre de 2023. Solo la reconstrucción de infraestructuras de comunicación y la gestión de residuos tendrán un coste aproximado de 2.600 millones de euros.

Un desafío prioritario para España

Carrillo calificó como “desalentador” que los partidos políticos se limiten a culparse mutuamente por la gestión de la crisis en lugar de trabajar juntos. Enfatizó que la gestión del agua, tanto en épocas de sequía como durante riadas extremas, es uno de los mayores retos del país. Invertir en infraestructuras hidráulicas no solo es esencial para evitar pérdidas humanas y económicas, sino también una decisión rentable y estratégica para el futuro.

Es por ello que los ingenieros de caminos, canales y puertos hacen un llamado a revisar y fortalecer los sistemas de alerta y actuación para evitar que tragedias como la DANA se repitan.