Descubre qué son los impulsos primarios y cómo afectan en nuestra conducta

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08/05/2023 - 10:19
Dibujo de una persona con un corazón y un cerebro representando los impulsos primarios

Lectura fácil

El ser humano se mueve y actúa por diferentes razones y metas, como suplir una necesidad o prevenir su aparición. En ocasiones, se habla de los impulsos primarios como algo a lo que es imposible resistirse y que a veces se usa como excusa para justificar acciones, incluso delictivas.

Pero, ¿qué son los impulsos primarios y por qué se les considera así? Este artículo nos ayudará a entender mejor este tema.

Los impulsos primarios: Guía para entenderlos

Podemos definir los impulsos primarios como motivaciones que llevan al individuo a actuar con el fin de satisfacer sus necesidades más básicas.

El cumplimiento de estos impulsos es crucial para la supervivencia y el bienestar del individuo, ya que se dirigen a equilibrar su nivel de energía y mantener su estado de homeostasis.

Estos impulsos tienen una base biológica innata y son compartidos por muchos animales, no solo los seres humanos. Aunque los medios para lograr estos impulsos pueden ser aprendidos culturalmente, el impulso en sí mismo no lo es. En este artículo, exploraremos con más detalle la naturaleza y el papel de los impulsos primarios.

Existen diferentes tipos de estímulos primarios, destacando algunos principales

Los principales impulsos primarios son la búsqueda de alimento, la sed, la respiración, la eliminación de desechos, la temperatura corporal, la reproducción y el sueño.

Estos impulsos son necesarios para la supervivencia y la regulación del cuerpo y, por lo tanto, son considerados como básicos e innatos en todos los seres vivos.

Es importante destacar que, aunque los impulsos primarios sean compartidos por una gran cantidad de animales, cada individuo puede tener distintas prioridades y preferencias en su satisfacción.

Hambre

El impulso de alimentarse es uno de los más básicos que existen, y permiten la supervivencia a través de la ingesta de diferentes nutrientes. De este modo el individuo puede mantener o incrementar sus niveles de energía. Este tipo de impulso primario oscila entre dos tipos principales de señales o polos, el hambre o impulso de buscar alimentos o la saciedad como impulso de cesar la ingesta.

Sed

La sed es otro de los impulsos primarios fundamentales, que nos permite la supervivencia. El objetivo de este impulso es el de recuperar los niveles de líquidos o fluidos corporales de tal manera que pueda mantenerse la homeostasis corporal. Hay que tener en cuenta que a lo largo de nuestra vida perdemos líquidos continuamente con nuestra conducta, con lo que el no recuperarlos terminaría por conducirnos a la muerte. Gracias a la sed podemos recuperar los niveles de fluidos y mantener el correcto funcionamiento de nuestro organismo.

Sueño

Aunque no siempre se añade el sueño o el descanso como uno de los impulsos primarios debido a que supone una ausencia de actividad conductual, lo cierto es que sí podríamos incluirlo dentro de ellos. De hecho supone una de las necesidades vitales más importantes cuya total ausencia nos conduciría a la muerte. Los motivos para que el sueño pueda considerarse un impulso primario pasan en primer lugar porque es algo impuesto por nuestra biología lo cual nos permite sobrevivir.

Este impulso de querer dormir nos lleva a optimizar los niveles de energía y activación física a lo largo de la vida, evitando el estado de carencia y malestar que supondría no tener esta necesidad cubierta.

Respiración

Se trata de un impulso que es semiinconsciente en seres humanos, pero que no es tal en otras especies (como los delfines). Supone el impulso de abrir las vías respiratorias con el fin de permitir la entrada de un suministro de oxígeno (que permite que nuestras células se mantengan con vida) y la excreción de residuos del funcionamiento celular.

Excreción

Defecar o miccionar son procesos fundamentales, que suponen un impulso primario dirigido a eliminar del cuerpo todos aquellos residuos orgánicos que podrían perjudicar nuestro funcionamiento de mantenerse dentro de nosotros. Si no se incluyen la salivación o la sudoración es porque se trata de procesos inconscientes, no requiriendo de una actuación consciente ni de una motivación a la acción.

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