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En los últimos años, la pérdida de biodiversidad se ha acelerado hasta niveles alarmantes, en gran parte debido a la falta de cambios significativos en los sistemas económicos y sociales.
Un informe reciente de la Plataforma Intergubernamental sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (Ipbes), dado a conocer durante su 11ª sesión plenaria en Namibia, destaca la necesidad urgente de transformaciones profundas para evitar un colapso irreversible de los ecosistemas del planeta.
Subvenciones contradictorias y una oportunidad desaprovechada para la biodiversidad
Lejos de reducirse, las subvenciones públicas a sectores perjudiciales para la naturaleza han aumentado un 55 % desde 2021, alcanzando entre 1,4 y 3,3 billones de dólares en 2022.
Esto contrasta con los objetivos globales de sostenibilidad y refleja una falta de compromiso para redirigir los sistemas económicos hacia modelos que preserven la biodiversidad.
Mientras tanto, los recursos dedicados específicamente a la conservación se quedan cortos: se necesitan entre 722.000 y 967.000 millones de dólares anuales, pero actualmente solo se invierten 135.000 millones. Esta brecha de financiación, que oscila entre 598.000 y 824.000 millones al año, pone en peligro los esfuerzos por frenar la pérdida de biodiversidad.
Según el informe, elaborado durante tres años por más de 100 expertos de 42 países, detener e invertir la pérdida de biodiversidad requiere un cambio transformador.
Esto implica repensar la forma en que las sociedades interactúan con la naturaleza, adoptando modelos inclusivos y sostenibles.
La profesora Karen O’Brien, copresidenta de la evaluación, advirtió que “la ventana de oportunidad para prevenir el colapso de los ecosistemas se está cerrando rápidamente”. Si no se toman medidas inmediatas, corremos el riesgo de alcanzar puntos de inflexión biofísicos irreversibles, como la desaparición de los arrecifes de coral, la extinción de la selva amazónica y la pérdida de las capas de hielo en Groenlandia y la Antártida.
Retrasar las acciones necesarias para proteger la biodiversidad podría duplicar los costos a largo plazo. Por el contrario, actuar ahora no solo evitaría el deterioro ambiental, sino que también generaría beneficios económicos significativos como 395 millones de nuevos empleos y 10 billones de dólares en oportunidades de negocio de aquí a 2030.
Estrategias para un futuro sostenible
El informe de la Ipbes propone cinco estrategias clave para abordar esta crisis:
- Reformar los sistemas económicos: Priorizar la inversión en sectores que promuevan la sostenibilidad y eliminar las subvenciones perjudiciales.
- Conservar y restaurar ecosistemas: Enfatizar la gestión sostenible de los recursos y proteger áreas bioculturales.
- Integrar la biodiversidad en sectores clave: Agricultura, pesca, minería y urbanismo deben alinearse con objetivos de sostenibilidad.
- Cambiar las perspectivas y valores: Fomentar una visión de interconexión entre los seres humanos y la naturaleza.
- Transformar los sistemas de gobernanza: Garantizar procesos inclusivos, responsables y adaptables.
Una responsabilidad compartida, pero desigual
El informe también señala las desigualdades subyacentes en la crisis de naturaleza. Los países ricos y las personas con mayores recursos, que se han beneficiado desproporcionadamente de actividades económicas que dañan la naturaleza, tienen una responsabilidad especial para impulsar el cambio.
Con la biodiversidad al borde del colapso, el informe de la Ipbes es un llamado urgente a la acción. Aunque el desafío es monumental, las herramientas y estrategias para detener la crisis están claras. Lo que falta es voluntad política y un cambio profundo en los valores sociales y económicos que permitan vivir en armonía con la naturaleza, alcanzando así la Visión 2050.
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