Descubre la isla secreta de Galicia, un refugio natural abierto al turismo

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30/06/2024 - 10:00
La isla de Tambo en Galicia

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Este remoto rincón en la ría de Pontevedra ha abierto sus playas y bosques al mundo, revelando sus innumerables maravillas. Los niños que crecían en las orillas de la ría de Pontevedra solían preguntar sobre la misteriosa isla de Tambo, un lugar prohibido para ellos. Esta curiosidad se transmitía de generación en generación, ya que esta, situada entre Marín y Combarro, está envuelta en una rica historia y numerosas leyendas.

La misteriosa isla de Tambo y lo que se esconde en ella

La misteriosa isla de Tambo, prohibida para ellos, despertaba una curiosidad transmitida de generación en generación. Situada entre Marín y Combarro, Tambo está envuelta en una rica historia y numerosas leyendas.

La isla no es grande; tiene una forma piramidal y ovalada, con apenas 26 hectáreas y una cumbre de 80 metros de altura en San Fagundo. La travesía a Tambo comienza en el puerto de Combarro, cruzando bateas de mejillones, ostras y vieiras, con vistas de los hórreos de Combarro y la Escuela Naval de Marín.

La isla, cerrada al público durante muchos años, ahora revela sus tesoros ambientales, patrimoniales e históricos. Fundada en el siglo VII por el visigodo San Fructuoso, quien construyó un monasterio en agradecimiento por un milagro, Tambo también alberga la ermita de San Miguel, construida sobre los restos del monasterio destruido por Sir Francis Drake en el siglo XVI.

Además, en 1745, Fray Martín Sarmiento destacó la botánica en su cuaderno de viaje, mencionando especies autóctonas y la riqueza marinera que sigue siendo notable hoy en día. Tambo, con su mezcla de historia, leyendas y naturaleza, continúa fascinando a quienes la visitan.

De Lazareto a Polvorín

En sus inicios, Tambo sirvió como lazareto para la cuarentena de tripulantes y pasajeros transatlánticos, asegurando que no portaran enfermedades contagiosas. Esta función continuó hasta finales del siglo XIX, cuando fue comprada por el político compostelano Montero Ríos. En 1943, pasó a ser parte de la Escuela Naval de Marín.

Desembarcar en Tambo revela la pureza del enclave, con el aroma de antiguos eucaliptos plantados en 1945 para ocultar la isla. Las huellas de maniobras militares son visibles en el lugar, que tuvo un destacamento permanente desde 1943 hasta 2002, cuando pasó al municipio de Poio.

Las playas de Área da Illa y Adreirá, junto con las ruinas del lazareto y la iglesia de San Miguel, cuentan historias de marinos y cuarentenas pasadas.

Tambo permanece en silencio, apenas perturbado por el mar calmo. Montero Ríos construyó ostreras de piedra que se adentran en el mar. Los helechos gigantes y la variada flora envuelven el antiguo lazareto, la capilla de San Miguel y un depósito de agua de la época de la Escuela Naval, famosa por su excelente agua potable.

¿Cómo podemos acceder a ella?

Los antiguos pescadores recuerdan con una sonrisa cómo desafiaban la prohibición para pescar en Tambo, asegurándose un buen botín en días de mar agitada.

Desde 2022, Tambo está abierta al público y es considerada de interés natural tras ser cedida al municipio de Poio por el Ministerio de Defensa. Aunque aún no es parte del Parque Nacional Marítimo Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia, se espera su inclusión junto a Cíes, Salvora, Ons y Cortejada.

De regreso al puerto, con el mar brillando como el Caribe, el faro Tenlo Chico guía con su luz los navegantes hacia Tambo, símbolo de su importancia a lo largo del tiempo.

Para visitar la isla de Tambo se necesita una autorización obtenible en turismodepoio.gal. Las visitas son en grupos limitados con guías, partiendo desde el muelle y duran aproximadamente 2,5 a 3 horas, recorriendo unos 2 km. Los billetes cuestan 12,50 € e incluyen transporte en barco y acceso.

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