Un robot personalizado mejora la experiencia de estudiantes con TEA

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08/01/2025 - 18:30
Una alumna trabaja con el robot

Lectura fácil

La educación es uno de los sectores donde más se presentan deficiencias en la aceptación de la diversidad y en la inclusión de personas con discapacidad, siendo los estudiantes con Trastorno del Espectro Autista (TEA) algunos de los más afectados. Sin embargo, incorporar un robot en su rutina diaria puede transformar significativamente su experiencia. La diversidad, la inclusión y la tecnología van de la mano en este contexto.

En este sentido, el proyecto ‘DivInTech’ tiene como objetivo crear ambientes escolares y familiares más inclusivos para los estudiantes con TEA, apoyándose en los campus universitarios de la Institución La Salle en Barcelona (Universidad Ramón Llull) y Madrid (Universidad Autónoma de Madrid, UAM).

El desarrollo de un robot educativo para mejorar las habilidades comunicativas de niños con TEA

El proyecto consiste en un robot, cuyo nombre es escogido por los propios estudiantes, diseñado para mejorar las habilidades comunicativas y lingüísticas de los niños con TEA mediante actividades basadas en Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas (STEAM). El robot interactúa con el alumno, conociendo sus gustos, intereses y entorno, así como sus dificultades específicas en el aula. De esta manera, ofrece una ayuda personalizada que se ajusta a las necesidades individuales de cada niño.

Actualmente, el proyecto se desarrolla en el colegio La Salle Seu d'Urgell (Lleida) y está destinado a niños de entre 6 y 13 años. Sus principales objetivos son, por un lado, desarrollar el uso del robot con los estudiantes y, por otro, crear un “mapa de la diversidad” en los centros La Salle, con el fin de conectar diferentes realidades, fomentar el intercambio de conocimientos y promover las “buenas prácticas” para lograr una educación inclusiva y de calidad.

La licenciada en Psicología y Pedagogía, doctora en Educación de La Salle e investigadora del proyecto, Rosario Valdivielso, explicó que el robot se integra como "uno más" en el aula. Está diseñado para ser “cercano con todos” y trabajar, posteriormente, con cada niño en las sesiones de apoyo que se llevan a cabo en las aulas de Soporte Intensivo para la Educación Inclusiva (SIEI).

El robot-estudiante

Después de informar a las familias y recibir su consentimiento, los investigadores seleccionan de forma aleatoria a los estudiantes con TEA con los que trabajarán. Según las necesidades de cada uno, eligen a un estudiante y programan el robot para ayudarle de manera personalizada.

El trabajo entre el robot y el estudiante se realiza durante 10 sesiones (5 duplicadas), adaptadas al contexto de cada alumno. La maestra de un colegio en la Seu D'Urgell, Claudia Bardis Martínez, explicó que, por ejemplo, si un niño con TEA hablaba en un tono bajo, el robot le decía "no te escucho", para ayudarle a mejorar su comunicación.

El robot utiliza "refuerzos", es decir, si los estudiantes no hacen lo que se les pide, el robot los anima: "Inténtalo otra vez, tú puedes". Si lo hacen bien, el robot responde con actividades que les gustan, como bailar juntos.

En este colegio, el robot llamado 'Mika' también trabaja usando números o colores, como en el caso del primer niño con autismo del proyecto. Mika usaba los colores o números que al niño le gustaban y que lo ayudaban a aprender mejor. Tras completar el 80 % de las sesiones, Mika va desapareciendo gradualmente, pero el alumno sigue realizando las actividades.

La evolución del desarrollo lingüístico

El objetivo es evaluar cómo evoluciona el alumno y si el robot ha sido útil. El robot, con cámara incorporada, y las pulseras biométricas de los alumnos recogen datos fisiológicos, mientras que las maestras también aportan información.

Tras trabajar con Mika, se han observado avances claros: los niños mejoran en producción lingüística, atención y colaboración, y las familias ven a sus hijos más incluidos. Además, Mika también trabaja con niños sin discapacidad para comparar los datos y avanzar en el proyecto, con la colaboración clave de profesores y familias.

Al final, se emite un informe de evolución, compartido con las familias. El proyecto, financiado por el Ministerio de Ciencia, busca expandir el uso del robot en colegios de La Salle en España. A largo plazo, se espera que el robot se implemente en todos los centros educativos para fomentar la inclusión de los alumnos con TEA.

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