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Aunque la economía de España ha mostrado mejoras, estas no benefician a todos por igual. A pesar de los avances, la pobreza estructural persiste y se agudiza durante las crisis financieras.
En la actualidad, 9,4 millones de personas están en riesgo de pobreza, y la integración plena de la población ha disminuido un 8 %. La desigualdad social sigue creciendo, afectando especialmente a los más vulnerables.
Un total de 9,4 millones de personas en España están en riesgo de pobreza
La economía de España ha experimentado una notable mejora, un hecho respaldado por las instituciones nacionales e internacionales y por datos que confirman el crecimiento. Sin embargo, esta mejora no se distribuye de manera equitativa entre todos los ciudadanos.
A pesar de los avances, persiste un problema estructural profundo: la pobreza. Esta no solo se agudiza durante las crisis financieras, sino que también permanece durante los períodos de bonanza económica.
En la actualidad, 9,4 millones de personas en España viven en riesgo de pobreza, de las cuales 4,3 millones se encuentran en situación más severa.
A lo largo de los últimos años, el porcentaje de personas que disfrutan de una integración plena en la sociedad ha disminuido en un 8 %, lo que indica una mayor distancia con respecto al objetivo de que la mitad de la población española alcance una calidad de vida adecuada.
Esta realidad refleja un claro aumento de la desigualdad social, un fenómeno que no solo afecta a los más desfavorecidos, sino que se extiende a lo largo de toda la sociedad. A pesar de la mejora económica, la pobreza estructural se mantiene firme, como lo muestran los datos recientes sobre exclusión social.
La vivienda, uno de los sectores más afectados
Uno de los sectores más afectados es el de la vivienda. Desde 2018, los problemas relacionados con la vivienda han crecido significativamente, afectando a uno de cada cuatro hogares en 2024.
Aunque las condiciones de infravivienda y viviendas en mal estado no han empeorado drásticamente, la crisis de la vivienda sigue siendo un desafío importante, especialmente en términos de los elevados precios del mercado inmobiliario.
Estos altos costes han obligado a muchas familias a destinar grandes proporciones de sus ingresos a la vivienda, lo que a su vez reduce su capacidad para cubrir otras necesidades básicas.
Como resultado, el 14 % de la población, es decir, alrededor de 6,8 millones de personas, vive bajo el umbral de la pobreza severa cuando se descuentan los gastos de vivienda de sus ingresos.
La exclusión social entre los jóvenes y su aumento
Además, el informe de Cáritas revela cambios significativos en el perfil de la exclusión social en España, donde los jóvenes son los más afectados. A diferencia de los grupos de mayor edad, que experimentan una mejora gradual en su integración, los niños y adolescentes han visto cómo la exclusión social severa les afecta mucho más que en años anteriores, duplicándose desde 2007.
Aunque la exclusión social se encuentra en todas las regiones del país, el fenómeno tiene una mayor concentración en las áreas urbanas, donde vive el 54,6 % de las personas en situación de exclusión.
Sin embargo, el entorno rural también está viendo un incremento en la exclusión severa, pasando del 8,7 % en 2018 al 11 % en 2024.
Estos datos reflejan una sociedad española incapaz de superar los efectos de las crisis pasadas, como la de 2007, y muestran que, a pesar de los avances económicos, la mala economía y la exclusión social siguen siendo un problema persistente.
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