Trazabilidad alimentaria: conozcamos su importancia para la sociedad

Cuando hablamos de trazabilidad alimentaria nos referimos al rastreo que se lleva a cabo con un alimento concreto. Es decir, seguir los pasos que ha tenido desde su origen.

Este es un sistema que ayuda a tener bajo control los riesgos que pueden acabar afectando a las cadenas de suministro de los alimentos.

Lo que hace este sistema es una especie de investigación o vigilancia que abarca todo el proceso de transformación del alimento, hasta que llega a nuestras manos.

La trazabilidad alimentaria es importante para detectar problemas y fraudes

Como hemos dicho antes, es clave para mantener la seguridad alimentaria en todas las etapas por las que pasa cada alimento, pues a parte de vigilar, aseguran cómo actuar para acabar con un problema o un fraude.

Estos son los principales objetivos que busca cubrir la trazabilidad alimentaria:

• Otorgar información veraz al consumidor.
• Garantizar la calidad del producto (similar al funcionamiento de un sistema de control de calidad).
• Probar y pedir la retirada de un alimento del mercado, en caso de que sea necesario.

Por ejemplo, en el caso de que un producto haya causado una intoxicación, ya sea en el hogar o en un restaurante, se puede identificar con mucha facilidad si el problema viene de diversos puntos como estos:

• Contaminación de determinados lotes del producto.
• Fallo en la conservación de ese producto concreto.
• Contaminación de los animales o del origen del producto.

En este caso, como podemos comprobar, la trazabilidad alimentaria nos da la información necesaria para encontrar el origen del problema y poder cortarlo de raíz, encontrado solución de forma muy sencilla.

La tecnología en pro a este sistema de seguridad alimentaria

Pero, ¿cómo se puede identificar los alimentos para asegurar el funcionamiento de este sistema?, Pues mediante dos métodos que usan la tecnología, uno es el sistema de código de barras y la tecnología RFID.

El caso, es que el etiquetado de los productos es el primero que se encarga de dar una identificación del producto, pues a través de un código de barras de base, reúne la información que demuestra que cumple con los estándares internacionales que tienen que ver con la trazabilidad alimentaria.

Con respecto a la tecnología RFID, se basa en que los precintos de seguridad de determinados productos son los que desempeñan esta labor, pues de una manera más fácil demuestran la información del alimento, además de asegurar que se esté dando ningún fraude.

Ahora bien, el reglamento del Parlamento y el Consejo Europeo se encarga de marcar la obligación de cumplir con este sistema de trazabilidad alimentaria, y son los siguientes agentes los que ponen en marcha las reglas marcadas por estos órganos:

• Participantes de las cadenas de suministros.
• El Estado, a través del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
• La Unión Europea, mediante la aplicación de la legislación comunitaria, regulando los estándares de calidad y seguridad, además de coordinar las actuaciones entre las autoridades de los estados miembros.

Aplicar un sistema de trazabilidad alimentaria nos beneficia a todos, pues por un lado, el consumidor cuenta con la información adecuada, las empresas aumentan su productividad, ya que pueden registrar menos fallos en sus procesos y las autoridades sanitarias registran de forma sencilla y eficaz los problemas que puedan darse.