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El 10 % de las toneladas de comida que terminan desperdiciadas en Europa se debe al etiquetado de la fecha de caducidad y de consumo preferente.
Según señala la app que lucha contra el desperdicio alimentario, Too Good To Go, existe mucha confusión entre los consumidores cuando se trata de diferenciar entre consumo preferente y caducidad.
Una encuesta realizada por la OCU estima que el 40 % de los preguntados no diferencia entre ambos conceptos, cosa que da pie a que millones de toneladas de comida acaben en la basura pudiendo estar en buen estado.
Son millones las toneladas de comida que acaban en la basura por culpa de errores en la fecha de caducidad
Vamos a diferenciar entre los dos conceptos que dan pie a que muchas toneladas de comida acaben en el contenedor de basura:
- Fecha de caducidad: indica que pasado el límite temporal señalado, el producto deja de ser seguro para la salud y no debe consumirse.
- Fecha de consumo preferente: Una vez pasada la fecha, el producto puede perder algunas de sus propiedades, pero teniendo buen aspecto, oliendo y sabiendo bien, se puede consumir son riesgos.
Desde Too Good To Go señalan que la fecha de consumo preferente se encuentra en una gran variedad de productos refrigerados, congelados, pastas, arroces, así como también en conservas, aceites, entre otros alimentos.
Este tipo de productos sin abrir puede consumirse días, semanas, meses o incluso 1 año después de haber superado la fecha. Asimismo, desde la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria dicen que:
- Yogures y pan de molde pueden consumirse hasta 15 días después de superar la fecha de consumo preferente.
- Galletas, zumos, cereales o salsas se podrían consumir hasta 3 meses después.
- Café, legumbres, harina, pasta, arroz y muchas conservas que poseen consumo preferente serían aptas hasta 1 año más tarde.
"En estos casos lo que hay que hacer es aplicar la lógica de los sentidos. Observar el aspecto del producto, comprobar si huele bien y probarlo. Esto nos ayudará a saber si podemos consumir el alimento o no y evitar el desperdicio", comenta Madalena Rugeroni, directora de Too Good To Go en España.
De esta forma, se podrían evitar las toneladas de comida que acaban en los vertederos cuando aún podrían consumirse sin que eso perjudique nuestra salud.
Hay que acabar con el desperdicio alimentario
Uno de los grandes retos de los próximos años es acabar con las toneladas de comida que se desperdician. Además, es uno de los ODS que aparecen en la Agenda 2030 de la ONU.
"El desperdicio alimentario es responsable de entre el 8 y el 10 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Reduciéndolo conseguiremos mitigar nuestra huella e impacto sobre el planeta", apunta Rugeroni.
Es por ello que la Comisión Europea, desde su estrategia 'Farm to fork' tiene un compromiso contra el desperdicio alimentario en el ámbito de la UE.
Además, han puesto en el foco la problemática de las fechas de consumo de productos como punto clave en el que utilizar y aplicar la ley.
Dicha estrategia, planeta que, para evitar las toneladas de comida que se desperdician, se planteen cambios en las normativas sobre el etiquetado y la información que se da, para hacerlo más simple al consumidor.
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