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La Comunidad de Madrid acumula más de 4.000 muertos por coronavirus. Sin embargo, este conteo no es suficiente. La realidad es que en las residencias de mayores donde ha entrado el brote están muriendo decenas de ancianos a los que no se les ha hecho la prueba de diagnóstico de coronavirus. En muchos casos se están registrando sus muertes con otras causas, como neumonía.
No hay cifras oficiales pero según una estimación de El País han muerto más de 100 personas con síntomas o con diagnóstico en los centros donde se han producido brotes. El conteo del periódico se basa en denuncias de trabajadores, familias y en algunos casos en la información que han reportado las propias residencias.
El coronavirus ha entrado en al menos 72 residencias madrileñas
La falta de pruebas médicas hace que probablemente nunca conozcamos el daño real del coronavirus en las residencias de mayores. Este es un problema que también se está dando en otros países como Italia o Estados Unidos.
Otro obstáculo para conocer la realidad, según fuentes del sector y la información publicada por El País es que los datos que proporcionan las residencias privadas no son creíbles.
Los centros están dando la información sobre enfermos y muertos a la Comunidad de Madrid en llamadas telefónicas hechas por los inspectores de la Consejería de Políticas Sociales. No serán creíbles, según los sindicatos. “Las residencias privadas están ocultando contagios a las familias y a los trabajadores porque les importa un bledo los mayores. Solo quieren mantener el chiringuito”, denuncia a El País Jaime Cedrún, secretario general de Comisiones Obreras en Madrid.
“Están dando datos falsos”, advierte Margarita Domínguez, secretaria de Dependencia e Intervención Social de UGT en Madrid. “Aquí lo que hay es la pela”.
Las residencias infectadas se defienden como pueden. No son hospitales, sino hogares con cuidadores para personas dependientes y ni siquiera están obligadas a tener médicos las 24 horas. Las ambulancias no atienden sus llamadas y los mayores mueren en las residencias.
La opacidad de las residencias de mayores
Los sindicatos llevan días recibiendo alertas de sus trabajadores delegados en los centros de mayores. Según estos trabajadores, hay residencias con muertes por coronavirus que las están escondiendo. También hay familiares que se han puesto en contacto con El País para alertar de residencias con múltiples muertes que no han sido reportadas.
La residencia Monte Hermoso ocultó a las autoridades el alcance del brote y por ello va a ser investigada por la Fiscalía. Las residencias madrileñas con más muertes atribuidas al virus son además de Monte Hermoso, Santísima Virgen y San Caledonio y Albertia Moratalaz.
Domínguez de UGT dice que hay otras, como Orpea Loreto, con al menos 15 muertes por coronavirus. Un portavoz de la multinacional Orpea, Ricardo Gutiérrez, dice que esa información es falsa. “Solo hay confirmación de COVID-19 en un caso”, responde Gutiérrez. “Hay fallecimientos por la propia actividad a la que nos dedicamos”.
Hace unos días Pablo Barredo denunciaba a la Residencia Orpea Sanchinarro de Madrid. "Estoy trabajando en el Hospital Fremap de Majadahonda y nos han llegado mayores del hospital de Sanchinarro derivados algunos de esa residencia."
El fundador de Diario De Un Cuidador está trabajando como sanitario en Fremap de Majadahonda durante esta crisis. Su Fundación es la primera organización sin ánimo de lucro, en la historia, dedicada a la figura de los cuidadores y ex cuidadores de personas dependientes.
Tal y como argumenta en su vídeo, Pablo denunciaba el estado de los ancianos en la residencia de Sanchinarro y pide que la Comunidad de Madrid tome su control.
En la Residencia y Centro de Día ORPEA Madrid Sanchinarro, en el barrio del mismo nombre en las afueras de la ciudad, se han contabilizado casi 20 muertos durante este el de marzo por coronavirus, aunque tampoco se les hizo test a ninguno de ellos, pero sí presentaban síntomas. Una veintena de profesionales de este último centro también están en casa en cuarentena ante la sospecha de contagio.
La Fiscalía investiga en Madrid más de 20 denuncias contra residencias de ancianos
La sucesión de noticias sobre muertes atribuidas al COVID-19 en residencias de ancianos ha derivado en numerosas denuncias que están siendo investigadas por la Fiscalía madrileña. Denuncias que seguirán creciendo en los próximos días.
La primera saltó a los titulares cuando la Fiscalía decidió investigar a la residencia Monte Hermoso tras 17 fallecimientos.
En espera de que la Fiscalía General del Estado aporte cifras globales, resulta imposible hacer estimaciones sobre el mapa de muertes bajo sospecha en residencias de toda España. Pero en el caso de Madrid, con unos números confusos que apuntan a una tasa de fallecimientos más alta que la del conjunto de las residencias de mayores distribuidas por todo el país, la identidad de las que están sujetas a diligencias se va conociendo por el goteo de quejas de familiares o del Defensor del Paciente.
En línea con esa tesis, trabajadores de una residencia de Las Rozas, con medio millar de plazas, afirmaron que el cómputo de residentes allí fallecidos en marzo casi triplica los datos oficiales.
A falta de datos oficiales pormenorizados, las últimas denuncias conocidas en Madrid guardan relación con el municipio metropolitano de Leganés. Al final de la semana pasada, la Unidad Militar de Emergencia (UME) localizó los cadáveres de 10 ancianos fallecidos en la residencia de Vitalia, uno de los grandes operadores del sector privado.
Afanias reclama recursos sanitarios inmediatos para residencias de personas con discapacidad intelectual
Los centros para personas con discapacidad, en situación crítica por ser especialmente vulnerables.
"Tal vez el caso más grave lo estamos viviendo en nuestra residencia de Canillejas en Madrid, puesto que de las 100 personas que tenemos, 30 están aisladas por posible coronavirus, pero no tenemos tests para confirmarlo, ni tampoco personal sanitario suficiente porque no somos un hospital y estos recursos son muy limitados. Ayer falleció una persona que no fue aceptada en el centro hospitalario. Pero aquí no estamos equipados para atenderlos. No contamos con material, ni oxígeno, ni las medidas de protección suficientes", explica un portavoz de Afanias, una de las asociaciones de referencia en el cuidado de personas con discapacidad intelectual.
El problema, afirma este responsable, es que no se conoce la realidad de las personas con discapacidad ni sus necesidades, por lo que hasta el momento no se han puesto en marcha las medidas necesarias para protegerlas. "Sabemos que los medios son escasos, pero desconocer la fragilidad de este colectivo los pone en riesgo y los convierte en un foco perfecto para la propagación de la infección".
Las personas con discapacidad intelectual reúnen algunos elementos de riesgo especiales: "Aunque la esperanza de vida de estas personas se ha ido incrementando a lo largo de los últimos años, es importante conocer que el deterioro físico y cognitivo las avejenta. Una persona con 60 años puede estar en una situación parecida a una de 80 que no tenga esta discapacidad, por lo que se dan situaciones de mucho riesgo que no están atendidas debidamente".
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