Lectura fácil
Estar quemado no es algo nuevo para miles de trabajadores, un 10% del total según los expertos, pero sí lo es que quienes lo sufren lo reconozcan.
El síndrome del trabajador quemado es una enfermedad profesional
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce a esta dolencia como una enfermedad profesional, lo cual significa que ni las responsabilidades familiares, ni los problemas para llegar a final de mes ni una separación de la pareja, ni un divorcio, ni la enfermedad de un familiar tiene que ver en el padecimiento del síndrome del trabajador quemado.
Reconocer esta dolencia como una enfermedad profesional es un paso de gigante, ya que las organizaciones deberán de implementar planes de prevención a partir del 1 de enero de 2022 para disminuir los índices de estrés y ansiedad laboral.
Altos niveles de ansiedad y psicomatización
El estrés laboral está detrás del 49,2% de los trabajadores que acuden a los médicos de atención primaria y presentan altos niveles de ansiedad y psicomatización, con dolores de cabeza, intestinales y dermatitis. Estas situaciones se han incrementado por la crisis y la nuevas formas de trabajo que surgen con la revolución tecnológica que vivimos.
Los trabajadores que más lo sufren son los profesionales de la salud, los profesores y los agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Se trata de un mal que hace más mella en aquellos puestos y profesiones que tienen trato directo con otras personas y en los que existe una gran carga emocional. Los sanitarios tienen mucha demanda emocional del paciente y su familia, la Policía está en continuo contacto con la gente, al igual que los profesores con los alumnos.
¿Cómo saber si padecemos el síndrome del trabajador quemado?
Sentir tristeza y acudir al trabajo sin ilusión puede ser un comienzo de los síntomas. Igualmente, levantarse cansado a pesar de haber dormido o experimentar sentimientos negativos hacia compañeros, clientes o tareas, que se traducen en un bajo rendimiento y escasa concentración para cumplir objetivos marcados por la empresa.
Los expertos apuntan a que hay que cambiar la cultura empresarial e implantar medidas que generen la satisfacción del empleado. Desde facilitar la conciliación, la flexibilidad horaria y el teletrabajo. También sería interesante, ofrecer formación a los trabajadores para su desempeño, a los jefes en la gestión de equipos y eliminar las jornadas interminables para aminorar el síndrome del trabajador quemado, cuyo origen se liga al desempeño laboral.
Diferencias entre estar estresado y estar quemado
Estar estresado puede provenir de una sobrecarga por estar implicados en muchos problemas, por hiperactividad emocional. Estos sentimientos pueden tener efectos positivos en exposiciones moderadas, pero también llega a agotar y provocar la falta de energía física.
Por otro lado, estar quemado llega a producir una falta de implicación, un embotamiento emocional. Este agotamiento afecta a la motivación y a la energía psíquica. En grandes cantidades, provoca depresión por la pérdida de ideales profesionales.
Cuatro fases para detectarlo
El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo identifica cuatro fases:
- Entusiasmo: en un nuevo puesto de trabajo se genera mucha energía y se dan expectativas positivas. No importa alargar la jornada laboral.
- Estancamiento: no se cumplen las expectativas profesionales. Hay un desequilibrio entre esfuerzo y recompensa.
- Frustración: el trabajador se desmotiva y desmoraliza. Pierde la ilusión. Cualquier cosa le irrita y provoca conflictos en el grupo de trabajo.
- Apatía: cambios de actitud hacia una postura defensiva.
Añadir nuevo comentario