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El 64 % de los trabajadores con discapacidad, es decir, dos de cada tres, manifestaron su deseo de cambiar de empleo, según el informe 'Motivaciones y expectativas sobre el mercado laboral de las personas con discapacidad', elaborado por la Fundación Randstad y publicado este pasado miércoles.
El informe también indica que las principales motivaciones para cambiar de trabajo incluyen la búsqueda de un mejor salario (94 %), la necesidad de mayor flexibilidad (86 %), la exploración de mejores oportunidades fuera de la empresa actual (82 %), y el deseo de encontrar un empleo que se ajuste mejor a su formación (81 %).
Solo el 36 % de las personas con empleo y discapacidad no quieren cambiar de puesto
En contraste, el 36 % de las personas con discapacidad que actualmente están empleadas no tienen intenciones de cambiar de puesto. Las razones que citan para mantenerse en su empleo actual son la comodidad en su entorno laboral (89 %), el nivel de flexibilidad de la empresa (66 %), y el salario recibido (65 %).
En esta misma línea, el 80 % de las personas con discapacidad que están actualmente empleadas no solo expresan su deseo de cambiar de trabajo, sino que también se encuentran activamente en busca de nuevas oportunidades o están abiertas a considerar otras alternativas laborales. En contraste, únicamente el 7 % de los encuestados se siente plenamente satisfecho con su puesto actual y no tiene intención de buscar un nuevo empleo en el corto plazo.
Diferencias en la participación de cursos entre personas desempleadas y empleadas con discapacidad
Como muestra el estudio, aproximadamente un tercio de los encuestados está en proceso de formación en la actualidad. Es notable que las personas desempleadas con discapacidad tienden a participar en más cursos de formación que aquellos que ya están empleados. Las áreas de formación más solicitadas incluyen el dominio de idiomas, los conocimientos informáticos y la gestión administrativa.
Las motivaciones de los encuestados son en general similares, pero entre los desempleados, las principales razones para formarse son encontrar un empleo (79 %), actualizar conocimientos y habilidades (69 %), y acceder a mejores oportunidades laborales (68 %). Para quienes ya están empleados, la prioridad es actualizar sus conocimientos y habilidades (71 %), seguido por la búsqueda de mejores oportunidades laborales (59 %) y el cambio de trabajo (43 %).
Los desafíos económicos
Por otro lado, la investigación destaca que la mayoría de los encuestados elige no participar en formación. Tanto desempleados como empleados mencionan las mismas barreras para inscribirse en cursos: los problemas económicos y la falta de opciones adaptadas a la discapacidad.
Sin embargo, los desempleados enfrentan mayores dificultades debido a problemas de salud que complican el seguimiento continuo de la formación (10 % frente al 3 % de los empleados) y tienen una menor percepción de que poseen los conocimientos suficientes para su trabajo (18 % frente al 23 % de los empleados).
Los cursos para desempleados
Sin embargo, el 94 % de los desempleados y el 96 % de los trabajadores afirman que estarían dispuestos a formarse si encontraran cursos adecuados o pudieran recibir ayuda económica para acceder a ellos.
Los jóvenes de entre 16 y 29 años son los más activos en la participación en cursos de formación, con un 46 % de ellos tomando algún curso. Este grupo muestra un interés notablemente alto en encontrar empleo (78 %) y en acceder a mejores oportunidades laborales (69 %), en comparación con otros grupos de edad.
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