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Valencia es una de las ciudades más conocidas de España, y no solo por su paella. Sus playas son de las más cotizadas en verano y recibe a millones de visitantes, tanto locales como extranjeros, durante todo el año. Sin embargo, sus costas podrían estar en peligro, en especial las de las playas al sur del puerto principal de la ciudad, concretamente las de Pinedo, El Saler y La Garrofera, así lo advierte un último estudio del Instituto Cavanilles de la Universidad de Valencia.
El estudio, publicado en la revista científica 'Urban Science', demuestra que la superficie de estas tres playas valencianas, se ha visto reducida hasta en un 70 % desde los años 90. Así, según los datos registrados, a principios de esta década contaban con dimensiones de hasta 170 hectáreas. Sin embargo, en el último registro realizado en 2022, estas apenas llegaban a las 43 hectáreas, señalando una importante pérdida de arena en la costa.
Las playas de Valencia pierden un importante terreno
Estos investigadores han conseguido dar con esta información y ver este retroceso de las playas en Valencia, gracias a imágenes tomadas por satélites durante estos últimos años. De esta manera, también constataron uno de los principales motivos que llevó a la reducción de arena en las playas: la ampliación del Puerto de Valencia entre los años 2010 y 2012. Pero no es el único motivo, también lo fue la creación de la Marina Real Juan Carlos I y la preparación de las pruebas de la America's Cup.
"Esta metodología llena un vacío importante en la investigación actual. Hasta el momento no se ha implementado el seguimiento específico de la capa de arena en playas mediante índices espectrales diseñados para dunas de arena", explicaban en el informe, realizado por investigadora e investigadores del Institut Cavanilles de Biodiversitat y Biologia Evolutiva de la UV. "Esta novedosa aplicación en contextos costeros abre una nueva perspectiva en el campo de la investigación", señalaba.
Por otro lado, dentro de las imágenes estudiadas, también observaron que entre los años 2013 hasta 2022, fue el momento en el que más cantidad de hectáreas de arena de playa se redujeron, concretamente 90. Esto se debió principalmente, según los investigadores, a la ampliación del Puerto, pero también a la reducción de las actividades de rehabilitación de toda la zona. A esto también se le sumó las dinámicas de las corrientes marinas, que no favorecieron nada a la costa de Valencia en este sentido.
Una nueva etapa de restauración
Ante la situación, a finales del año pasado, se iniciaron una serie de iniciativas para la restauración del ecosistema de estas playas. El plan incluye la aportación de arena de otras zonas, que han permitido ampliar la superficie, pasando de 22,91 hectáreas a 42,49 en Pinedo, de 9,30 a 38,64 en El Saler, y de 11,73 a 31,77 en La Garrofera. Por otro lado, la construcción del dique norte en la Gola de Pujol, también ha favorecido que las arenas nuevas se asentasen en las playas de Valencia.
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