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La depresión posparto es muy común entre las mujeres, aunque también se han dado caso en los que el hombre puede sufrirla. De hecho, las cifras señalan que este tipo de depresión llega a afectar al 25 % de los hombres cuyas parejas también la sufren.
¿Cuáles son los factores clave para que un hombre tenga depresión posparto?
El embarazo es, sin duda, uno de los momentos más emotivos de cualquier mujer en su vida. Durante nueve meses, tanto la mujer como su pareja se vuelcan en el cuidado del bebé que esperan, llegando incluso a modificar aspectos de su vida diaria. Sin embargo, no todo es tan bonito como parece. En muchas ocasiones, la madre sufre lo que se conoce como depresión posparto, un hecho que se ha convertido en un problema de salud pública a nivel mundial.
Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones se deja a un lado la depresión posparto paterna DPP, que puede llegara a afectar hasta al 25 % de los hombres tras el nacimiento de su bebé y hasta el 50 % en el caso de aquellos hombres cuyas parejas también la sufren.
Según una investigación de los psicólogos Rafael A. Caparrós González de la Universidad de Granada y María Fe Rodríguez Muñoz de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, existen dos factores básicos que afectan de forma directa al estado de ánimo: tristeza, agobio e incluso resentimiento hacia el bebé.
A ello se le suman algunos factores de carácter biológicos y psicológicos, por ejemplo: la testosterona, el cortisol o la oxitocina.
Los principales síntomas que manifiesta el hombre en la depresión después del parto
La depresión posparto suele caracterizarse por sensación de aislamiento social, tristeza y llanos. Lo más común es sentirse bajo de ánimos, sufrir alteraciones del sueño y manifestar sentimientos de inutilidad. En algunos casos más graves han llegado a aparecer problemas de ansiedad e ideas suicidas.
La represión de estos sentimientos de tristeza en los hombres no se exterioriza en sentimientos negativos de la misma forma que la madre. Por eso, la sensación de quedarse en un segundo plano puede desembocar en este tipo de depresión. En el peor de los casos, y si la depresión persiste, pueden asociarse dificultades con la pareja, aumento de la agresividad, aumento de consumo de sustancias de abuso e incluso casos de violencia de género.
En estos casos, la depresión posparto puede llegar a afectar a la interacción padre-bebé, algo muy negativo para el desarrollo cognitivo y emocional del bebé. Estas consecuencias pueden extenderse a problemas mayores relacionados con el crecimiento cerebral, déficits en la maduración orbito-frontal de la corteza cerebral u alteraciones en el sistema inmunológico del neonato.
¿Cómo se puede prevenir?
Por suerte, existen algunas formas de prevenir y curar la depresión posparto, siempre y cuando la persona reconozca los síntomas y actúe de una manera rápida ante ellos. Por eso, es importante la detección precoz de este trastorno. En cuanto al tratamiento, se recomienda la actuación psicológica para fomentar el apoyo social y favorecer así la implicación del hombre en la crianza de su bebé.
Existen también programas educativos, tanto para la madre como para el padre, que pueden ser de gran ayuda para aumentar los lazos familiares y disfrutar el crecimiento del nuevo miembro de la familia.
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