10 síntomas que ignoras y que podrían tener que ver con el cáncer y su presencia en tu organismo

Desde la década de los 70 la palabra cáncer ha dejado de ser tan abrumadora, pues la tasa de supervivencia, se ha multiplicado por tres, y todo gracias al diagnóstico precoz.

Claro que, hay algunos casos que se salen de esta línea, y desgraciadamente, acaban muy mal, por ello la ciencia y la sanidad siguen avanzando, para conseguir que la gran mayoría de los tipos de esta enfermedad sean tratables y curables.

El caso, es que muchas personas tendemos a ignorar señales que nuestro cuerpo nos envía, por no molestar al médico, no perder días de trabajo, etc.

Ignorar síntomas puede ser perjudicial en casos de que el cáncer este presente

Es por ello, que gracias a un estudio realizado por la Cancer Research de Reino Unido, se ha comprobado como la mitad de los británicos han contando con estos síntomas que te vamos a presentar y que podría indicar presencia de cáncer, pero solamente un 2 % tomaron medidas para averiguar qué les ocurría a manos de un especialista, el resto, ignoraron las señales del organismo.

Es por ello que los expertos del estudio, así como otros, informan de que está claro que no se puede ser hipocondriaco, pero si que debemos ser conscientes de que si tenemos un síntoma que persiste, debemos acudir al médico y buscar la ayuda pertinente.

Estos son los 10 síntomas generales relacionados con la enfermedad y que, según expone la Sociedad Estadounidense del Cáncer, que no debemos ignorar:

1. Pérdida de peso inexplicable: Si se pierde 5 o más kilogramos sin razones aparentes, nos encontramos ante un signo de cáncer de páncreas, estómago, esófago o pulmón.

2. Fiebre: Casi todos los pacientes la experimentan después de que la enfermedad se propague desde donde se originó, así como surge porque el propio cáncer o los tratamientos afectan al sistema inmunológico. Su aparición puede alertar de leucemia o linfoma.

3. Cansancio: Uno de los síntomas que se presenta en extremo y que no mejora con el descanso. Así, puede pasar que en los cánceres de estómago o colon, se pueda experimentar una pérdida de sangre sin evidencia, y en la leucemia ocurre al principio.

4. Cambios en la piel: la enfermedad puede causar cambios, no solo ocurre en la enfermedad de piel. Aparece la hiperpigmentación, la ictericia, que es el color amarillento en piel y ojos, el eritema o enrojecimiento de la piel, la picazón, o el crecimiento excesivo de vello corporal.

5. Cambios en el sistema de defecación y en la función de la vejiga: El estreñimiento, diarrea o cambio en las heces durante tiempo prolongado puede ser signo de la enfermedad que afecta al colon. Además, orinar sangre, o orinar con mayor o menor frecuencia también están relacionados con las enfermedades de este tipo en vejiga o próstata.

6. Heridas que no cicatrizan: Si pasan más de cuatro semanas y una herida no cicatriza, puede ser señal de alerta. Cualquier cambio en la boca, así como llagas que no sanan por mucho tiempo son motivo de consulta al médico o dentista. Por otro lado, las llagas en pene o vejiga pueden ser signos claros de infección o de la enfermedad en etapa inicial.

7. Sangrado: La sangre inusual es signo de alerta. Lo que se trasmite al sangrado al toser, o sangre al defecar, o el sangrado vaginal anormal, por causa de la enfermedad en el cuello uterino, o la sangre en la orina o del pezón, puede indicar cáncer de vejiga o riñón en el primer caso, y cáncer de mama en el segundo.

8. Endurecimiento o masas en cualquier parte del cuerpo: Algunas de dichas enfermedades pueden palparse en diferentes partes del cuerpo, como es en los senos, en los testículos, los ganglios linfáticos y los tejidos blandos del cuerpo.

9. Dificultad para tragar: Si este síntoma persiste, puede ser signo de alerta por la enfermedad localizada en el esófago.

10. Tos que persiste o ronquera duradera: El cáncer de pulmón puede tener a este síntoma como aviso. Si la tos o la ronquera persisten por más de 3 semanas, hemos de acudir al médico, porque podemos encontrarnos también ante el de laringe o de la glándula tiroides.