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Un estudio realizado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y publicado en la revista BMC Public Health muestra que reemplazar una hora semanal de tiempo sentado por ejercicio físico reduce la mortalidad por diversas causas, incluidas enfermedades cardiovasculares y cáncer. Los resultados se basan en escenarios con datos reales.
Según el ISCIII, el estudio revela que sustituir una hora de sedentarismo semanal por una hora de ejercicio moderado o intensa se asocia con un riesgo menor de muerte por todas las causas, con una reducción del 3,3 % en el riesgo. En cuanto a las muertes por causas específicas, la mortalidad por enfermedades cardiovasculares disminuyó en un 6,7 % y en un 3,1 % por cáncer.
Impacto del ejercicio de baja intensidad en la mortalidad
El análisis, que siguió a los participantes durante un promedio de casi 6 años, registró 957 muertes. Cuando el tiempo sedentario se reemplazaba por una hora de ejercicio de baja intensidad, el riesgo de muerte por todas las causas también disminuía, aunque en menor medida, con una reducción del 1,6 % en la mortalidad total y un 2,1 % menos en los casos de cáncer.
El estudio utilizó los datos de 30.955 personas de entre 15 y 69 años que participaron en dos Encuestas Nacionales de Salud, realizadas en 2011 y 2017. Se registró el tiempo dedicado a estar sentados y el ejercicio físico realizado, clasificado según su intensidad: baja, moderada o alta.
Reemplazar el sedentarismo
Los datos recopilados fueron vinculados con el registro de mortalidad del Instituto Nacional de Estadística (INE), con el fin de obtener información detallada sobre el estado vital de los participantes en el estudio. Para realizar el análisis de los datos, se utilizó un enfoque de sustitución isotemporal, aplicando modelos de regresión de Poisson. Este método permitió estimar el riesgo relativo de fallecimiento en función de la sustitución del tiempo dedicado al sedentarismo, específicamente el tiempo pasado sentado, por la práctica de ejercicio.
Iñaki Galán, el autor principal del estudio y también investigador en el Centro Nacional de Epidemiología (CNE) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), destacó que los resultados obtenidos refuerzan un importante mensaje de salud pública. Según Galán, estos hallazgos subrayan que incluso pequeños cambios en los comportamientos sedentarios, como reemplazar el tiempo de inactividad por ejercicio físico, pueden generar beneficios significativos para la salud de las personas.
Colaboración multidisciplinaria
En el desarrollo de este trabajo, también participaron la investigadora Cristina Ortiz, del Centro Nacional de Epidemiología (CNE), y Beatriz Granero-Melcon, quien forma parte de la Escuela Nacional de Sanidad (ENS). Además, la investigación contó con la colaboración de diversos profesionales de la Universidad de Alcalá de Henares, destacando a Miguel Ángel de la Cámara, quien es el primer autor del estudio. Por otro lado, también se sumaron al proyecto expertos de la Consejería de Sanidad de la Región de Murcia y del Ministerio de Sanidad, quienes aportaron su conocimiento y experiencia a lo largo de todo el proceso investigativo.
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